Un enemigo derrotado
Mientras cantaban y alababan, el Señor honró la fe del pueblo y de Josafat poniendo emboscadas para que los enormes ejércitos de Moab, Amón y del monte Seir se destruyeran entre sí. La victoria fue tremenda y total. "Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado" (v. 24). Fueron necesarios tres días para que el pueblo recogiera todo el botín (v. 25).
¿Cómo mandó, entonces, Josafat al pueblo que respondiera a este grandioso milagro? ¿De qué otra manera, sino con adoración? "Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos… vinieron a Jerusalén con salterios, arpas y trompetas, a la casa de Jehová" (vv. 27, 28). Cuando el pueblo se unió al rey en la celebración y la alabanza a Dios, el temor del Señor cayó sobre las naciones vecinas, y "el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes" (v. 30).
En Adoración extravagante, Darlene Zschech dice que ella solía bromear con su grupo de adoración, diciendo que la razón por la que los enemigos de Josafat fueron derrotados, es que los músicos y los cantantes eran muy malos. "Pero", escribió, "aunque esas personas no tenían oído para cantar, el Señor recibió con entusiasmo sus alabanzas. No fue la armonía lo que derrotó a sus enemigos; fue la presencia del gran poder de Dios lo que combatió por ellos, y lo que ganó la batalla".
Si usted se encuentra en la urgente necesidad de tener "paz por todas partes" de las batallas que enfrenta hoy, haga lo que Josafat y los adoradores aprendieron en esa oportunidad. Honre a Dios sobre todo lo demás, exprese su confianza en Él, y permita al Señor después, por medio de su alabanza y adoración, que Él le dé todo lo que necesita para librar la batalla. O, más correctamente, deje que el Señor luche por usted. Porque la victoria es dulce cuando se adora al Señor — y recuerde que la batalla le pertenece a Él.
por Adam Colwell
Amados hermanos (a), No es una voz maravillosa la que hace descender la gloria de Dios, recuerda que es la alabanza que fluye de un corazón que confía que Dios peleará la batalla, que es el gran Yo soy elque derrotará alque nos atormenta, que Él en Su infinito amor nos permitrá salir triunfantes y con una victoria segura , no importa el tiempo que se tome, nosotros alabemosle, adoremosle, dancemos en su santa presencia, levantemos manos santas, depositemos en sus poderosos brazos y en Su paz que sobre pasa todo entendimiento dejemos que Él nos guie a la victoria, porque Él peleará por nosotros pero no dudemos, nole demos cabida alk desanimo porque Dios es todopoderoso, Inmutable y soberano. Dios sea propicio a ti,
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