Cómo manejar el enojo Colosenses 3.8-17
Los cristianos estamos llamados a dejar de lado "ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas" (Col 3.8). El mandamiento es claro, pero la manera de lograr y mantener este propósito puede parecer confusa y abrumadora.
El primer paso es reconocer el enojo en nuestros corazones. Esto puede parecer innecesario a quienes expresan con facilidad sus sentimientos, pero para aquellos que han enterrado su ira en lo más profundo de su ser, será necesario un prolongado tiempo de autoanálisis delante el Señor. Aunque oculto, el cáncer del resentimiento ha estado creciendo e infestando lentamente el corazón. Hay que dejar, entonces, que la aguda espada de la Palabra de Dios haga una cirugía (He 4.12).
El paso siguiente es reconocer que el enojo es pecado, y comenzar a ocuparse de el. Puesto que la ira es a menudo una respuesta a una herida recibida, se debe tener cuidado de no excusarla ni defenderla en nombre de la justicia. Aunque alguien haya pecado contra usted, aferrarse a la ira como respuesta, es pecado. La Biblia nos dice que no debemos pagar mal por mal, sino que venzamos con el bien el mal (Ro 12.17, 21).
El manejo de un estilo de vida irascible no es opcional; hay que dejar la ira. No podemos esperar vivir en la nueva naturaleza que Cristo ha creado para nosotros, conservando al mismo tiempo nuestro "derecho" a estar enojados y guardar resentimientos.
La solución de Dios al problema del enojo, es ser más como Cristo. Nuestra responsabilidad es revestirnos de su carácter. El Señor nos invita a cooperar con él en este proceso de transformación. Con cada paso de obediencia que demos, la paz de Cristo crecerá, y la ira se reducirá.
Dr. charles F. Stanley
Señor, en el nombre de Tu Hijo Jesucristo no permitas que guardemos resentimiento en nuestros corazones que reconozcamos que somos nuevas criaturas en Cristo Jesús y un corazón dispuesto a perdonar cualquier ofensa y vencedor del mal con el bien, caracteriza a un hijo tuyo. Todos ofendemos, todos nos equivocamos, asi como deseamos ser perdonados, debemos de sembrar el perdón para gozar la cosecha de un corazón afable y apacible, humilde y saturado de Tu perfecto amor. Perdona.. no es difícil solo decide perdonar y caminarás en libertad para amar y servira tu Creador, porque entonces Él te usará con gracia y poder
Perla
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