Dios habla por medio de la intranquilidad Ester 6.1-11
Cuando estamos demasiado preocupados para escuchar la voz de Dios, él a menudo capta nuestra atención dándonos un espíritu intranquilo. El libro de Ester nos da un excelente ejemplo de esto.
En el capítulo 6, vemos que al rey Jerjes "aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia" (v. 1) Como resultado, Jerjes se enteró de que un intento de asesinato contra él había sido frustrado por un hombre llamado Mardoqueo. Lleno de gratitud por este acto de servicio, el gobernante hizo planes para honrar a Mardoqueo.
Lo que Jerjes no podía haber sabido, sin embargo, es que este héroe había sido señalado por Amán, uno de los asesores reales, para darle muerte. Amán no sólo había conspirado para colgar a Mardoqueo el judío (5.14); también había planificado el exterminio de toda la población judía.
Pero, gracias a la intervención del rey, Mardoqueo y todos los judíos se salvaron. Ahora bien, ¿qué dio inicio a este proceso? Fue una noche de intranquilidad. Jerjes no sabía por qué no podía dormir, pero nosotros sabemos que el insomnio del rey se debía a que Dios estaba tratando de captar su atención. El Señor tenía algo importante que decir a Jerjes, y su manera de comunicarse con él era por medio de una desagradable noche de insomnio.
¿Cuántas veces le ha sucedido a usted esto? Está dedicado a su trabajo y a sus actividades, pero sobre usted parece haber una intranquilidad que lo mantiene despierto en las noches. En esos momentos, arrodíllese y ore, diciendo: "Señor, ¿qué quieres decirme?" Descubrirá que Dios puede hablarle, y le hablará, en su intranquilidad.
Dr. Charles F. Stanley
Amado Padre, sabemos que aún dormidos Tú nos enseñas grandes cosas, danos discernimiento y si el sueño se nos ha ido que aprovechemos para conversar contigo, porque puede ser el momento propicio para que Tu nos reveles algo importante. Inquietanos de tal manera que busquemos Tú rostro y sean renovadas nuestras fuerzas, y salgamos con paz y gozo y renovado nuestro entendimiento,
|