El Espíritu Santo da poder a los creyentes Lucas 24.26-52
Nuestro Padre celestial nos ha llamado a vivir una vida sobrenatural, que es contraria a la manera de pensar del mundo. Con nuestras propias fuerzas es difícil decir no al pecado, porque nuestra carne anhela decir que sí. Para vivir como el Señor quiere, hace falta su poder. Y para recibir su poder, necesitamos desarrollar las actitudes de humildad, fe y perseverancia.
Dios resiste a los soberbios, que piensan que no necesitan de él (Stg 4.6). El Señor derrama su poder en quienes saben que no pueden lograr por sí mismos sus metas, sino a través de lo que Dios puede hacer en ellos. El Señor quiere que confiemos en él. Es posible que nos pida algunas veces que permanezcamos en una situación incómoda, o que hagamos una tarea que parece mucho más allá de nuestra capacidad. En ambas circunstancias, confiar en él nos dará la fortaleza interior para hacer su voluntad.
Cuando nos sintamos demasiado débiles para resistir la tentación, o demasiado temerosos para seguir el plan de Dios, debemos perseverar en la oración. Esto nos acercará más a él, desarrollará nuestra fe, y le invitará a hacer su voluntad en y a través de nosotros. Entonces, al alabar a nuestro Padre por su naturaleza todopoderosa, proclamar su suficiencia para cada circunstancia, y declarar su bondad, su Espíritu nos ayudará a dejar atrás nuestras debilidades y temores, y nos dará su poder.
Hoy, la iglesia está experimentando una falta de poder espiritual. Los creyentes tienen una influencia cada vez menor en nuestra cultura, ya que nuestras vidas reflejan los valores del mundo. Para cambiar esta situación, tenemos que cooperar con la obra de santificación del Espíritu Santo. Él nos investirá de poder si lo hacemos. Dr. Charles F. Stanley
En Su amor y mi amor,
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