"¡Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos!"
(Apocalipsis 21:4)
Dios no dice que no habrá más lágrimas en el Cielo. Cuando lleguemos al Cielo y nos veamos cara a cara con el Señor todos derramaremos unas cuantas lágrimas por las cosas que nos perdimos, las oportunidades que desaprovechamos y los errores que cometimos. Aún se nos llenarán de lágrimas los ojos al pensar en todo lo que pudimos haber hecho y no hicimos, en las tareas que dejamos sin concluir y en nuestros seres queridos, a quienes habríamos deseado amar más, y con quienes hubiésemos querido ser más considerados. ¡Todos tendremos algo de qué avergonzarnos!
Pero, ¿verdad que el Señor es maravilloso? ¡Tiene tanto amor y misericordia! Dice que enjugará todas esas lágrimas y que borrará por completo la memoria de aquellos malos años; que ya no habrá dolor, ni muerte, ni penas ni lágrimas, sino una eterna y maravillosa dicha y felicidad y un paraíso terrenal que durará para siempre. ¡De alguna forma Él lo compensará todo!
Un poco más de tristeza, un poco más de llanto, solo un poco más de dolor... y estas cosas temporales no serán más. ¡Y olvidaremos los pesares del pasado a causa de las glorias del futuro! "Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria." (2Cor.4:17) ¡Gracias, Jesús!
Autor: Tu fortaleza diaria.
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