Querida mujer de Propósito
Parte de reconocer su propósito es saber cómo progresa continuamente. Progresar requiere que atravecemos mares de transición mientras salimos del vieyo yo y entramos al nuevo en el que nos estamos convirtendo,. Una transición es el proceso de mudarse de un lugar a otro. Juan 6:15-21 nos habla de un incidente en que los discípulos estaban cruzando el mar de galilea en su viaje a Capernaum. Cualquier cruce de un lugar a otro requiere de una transición que empieza con un final y termina con un comienzo. Dejar la costa representaba un final, que lanzaba a los discípulos a una transición; ese período de limbo entre un final y un nuevo comienzo. El limbo se puede comparar a estar en un bote en el mar. Los discípulos no estaban donde comenzaron ni tampoco donde iban. Las amarras se había cortado y ellos estaban expuestos a los elementos de la naturaleza. Un fuerte ciento sopló, y el mar se volvió aún más inestable, que amenazaba con zozobrar su bote e impedir su arribo al nuevo lugar. En ese lugar inestaqble, los discípulos se enfrentaron con vientos traicioneros y contrarios que amenzaban volcar su barca y frustrar su llegada al nuevo lugar. Contrario significa antagónico, en contra u opuesto. El viento trataba de impedir a los discípulos de alcanzar su destino. Esta era un afuerza que se les opuso. En medio de esa amenaza de destino frustrado, Jesús vino a los discípulos. Primero, ellos no lo reconocieron. Frecuentemente en lugares de incertidumbre y amenza, no podemos reconocer a Jesús cuando viene a nosotros. Cuando lo reconocieron lo dejaron entrar en la barca con ellos; una decisión que salvó sus vidas y les permitió llegar a su destino, el nuevo lugar. Cuando le permitimos a Dios "entrar en nuestra barca", esto determina el éxito de nuestro "viaje". reconocer a Dios de esta forma es adorarlo; doblegarse, rendirse, quitar nuestras manos del timón que gobierna nuestra vida. En este acto se transforman en fe. La revelación libera lo que era desconocido para nosotros acerca del Dios que ahora vemos y entendemos. La revelación libera estrategias de cómo llegar al otro lado. Como escribió Hanna Whitehall Smith hace muchos años en The Cristian's Secrets of Happy Lifef [Secretos del cristiano para una Vida Feliz], las fuerzas contrarias son carros que nos llevan a Dios. Del relato de Mateo 14:22-33, sabemos que fue Dios quien envío a los discípulos al otro lado del mar. Si Él los envió, entonces también estaba comprometido con su destino y les daría todos los recursos necesarios para que llegaran al otro lado. Cuando Dios nos dirige en un camino que nos lleva a la transición, Él ya se ha comprometido en venir a nosotros cuando lleguemos a aguas inestables. Mujer de propósito, no tema. Jesús ha prometido rescatarla de los mares tormentosos de su vida. Permítale entrar en su barca!
Barbara Yoder
Padre amado, por favor entra a mi barca, dirige mis pasos hacia el camino que Tú tienes marcado para mi, Señor, no permitas que me aparta de él, sé que si viene un mar tempestuoso Tú estás conmigo y me guiarás directamente a un puerto seguro, te pido que pueda estar dentro de tus planes y propósitos todos los días de mi vida y que ande conforme tu santa, perfecta y buen avoluntad. Amén
Perla
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