El buen uso del tiempo Mateo 25.14-28
Como dice el pasaje de hoy, el Señor nos da recursos y capacidades, y desea que los usemos bien. Uno de estos regalos es el tiempo.
Para manejar bien nuestros días, debemos revisarlos continuamente: ¿Qué actividades elegimos? ¿Cuánto tiempo tomará cada una? ¿Cuáles fueron los resultados? Esta disciplina revelará qué es lo más importante para nosotros.
Al mirar de cerca a nuestras evaluaciones, podemos determinar lo que guía nuestras decisiones en cuanto al uso del tiempo. Algunas personas simplemente responden la mayor parte del día a circunstancias. Saltan de una cosa a otra, respondiendo llamadas telefónicas, reorganizando estantes, o haciendo cosas que se les presenten en el momento. Pero este estilo de vida no es bueno.
Otras personas usan su tiempo de acuerdo a sus deseos. Quieren relajarse, por lo que al llegar a casa en la tarde se ponen a ver la televisión. O les encanta cazar, e invierten su tiempo en buscar equipos y ubicar animales en el bosque. Tales deseos no son malos, pero no deben guiar la mayor parte de nuestras acciones.
Afortunadamente, también hay personas que viven de acuerdo con lo que consideran importante. Amar a Dios y servir a los demás, por ejemplo, son dos valores bíblicos que deben, idealmente, determinar lo que hagamos con nuestro tiempo.
Si usted hace una lista de sus actividades y calcula el tiempo que ocupan ellas en una semana, se sorprenderá al ver cuáles tienen más peso. Cada momento es un regalo; por tanto, aparte unos minutos cada noche para planificar. Después, reexamine la manera cómo utilizó las últimas 24 horas. Esto le ayudará a vivir con propósito.
Dr. charles F. Stanley
Amado Padre,Enseñanos a ser diligentes con el tiempo que seamos excelentes administradores del tiempo que tú nos permites vivir, que seamos buenos para planificar, organizar y administrarlo, para que realicemos todas nuestras tareas lo mejor posible, sin que ningún trabajo nos resulte fatigoso, que todo lo realicemos en paz y con gozo sin descuidar ninguna de nuestras responsabilidades; dandote en todo momento el primer lugar a ti, al alimento para nuestro Espíritu, y compartir con los que tengan necesidad de consuelo, una palabra amable, dar una sonrisa y decirle a nuestra familia cuanto la amamos, lo importante que son para nosotros y también a nuestros amigos o a la cajera de una tienda, que siempre tengamos una palabra amable para los que nos rodean, en el nombre de Jesús, Amén
Perla
Fondo de Martita Vargas
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