Deleitarse con la Palabra de Dios Deuteronomio 8.1-6
La Biblia debe ser el libro prioritario de nuestra dieta literaria. Si pasáramos la misma cantidad de tiempo ocupados en la Palabra de Dios que pasamos en la mesa, nuestro espíritu y nuestro carácter serían fortalecidos y estarían florecientes. No importa cuáles sean nuestras circunstancias, experimentaremos un gozo interior. La satisfacción que se deriva de tener una vida de obediencia no se tiene sin la Biblia.
En la Palabra de Dios encontramos la manera como piensa el Señor, y lo que él hace. También descubrimos los preceptos para tener una vida exitosa. En realidad, ¿cómo podemos tener fe en Dios si no lo conocemos? ¿Y cómo podemos ser como Jesús, a menos que practiquemos la conducta que él menciona en las Escrituras?
Dios dijo a los israelitas que no se desviaran de su Palabra, ni a la derecha ni a la izquierda. Sólo una ruta recta haciendo su voluntad se traduciría en éxito, incluso cuando ciudades amuralladas como Jericó sean un obstáculo (Jos 6.2). Lo que esto significa en términos prácticos, es que cada vez que tomemos una decisión debemos examinarla cuidadosamente por medio de lo que sabemos del Señor por la Biblia.
Al enfrentar una crisis, escudriñemos la Biblia para responder esta pregunta, ¿Qué quiere el Señor que haga? No vivamos confiando en la opinión de otros, o en nuestra propia inteligencia. Más bien, conformemos nuestra mente, corazón y voluntad a las normas de la Biblia.
El pan mantendrá su estómago lleno, pero su vida estará vacía sin el diario alimento de la lectura y la meditación. Aprenda a reconocer al hambre espiritual y el desanimo hacia las cosas del Señor, para empezar a deleitarse de inmediato con la Palabra de Dios.
Dr. Charles F. Stanley
|
|
Deuteronomio 8
La buena tierra que han de poseer
1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.
2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.A)'>(A)
4 Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.
5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.
| | | | |
| | |
|
|