Vivir por fe
Mateo 21.18-22
En Marcos 9.17-26, leemos acerca de un padre cuyo hijo estaba poseído por un demonio. El hombre vino a Jesús para pedirle que sanara al muchacho, si podía hacerlo. El Señor dijo con mucho amor que él podía realizar cualquier cosa si el hombre tenía fe. El padre respondió: "Creo, ayuda mi incredulidad".
¡Qué declaración tan significativa! Aun los cristianos experimentarán algunas dudas con respecto a los caminos, la verdad y el poder de Dios. Felizmente, él es misericordioso y ayuda a sus hijos en cualquier situación.
Pero la Biblia es clara cuando dice que la duda crea dificultades. Primero, afecta la comunión del creyente con Dios. Segundo, la incredulidad impide tener una vida de oración, ya que el Señor no responde a un corazón lleno de dudas. Tercero, la incertidumbre puede conducir a la dependencia en la carne y, por tanto, impide el servicio fructífero. Todo esto puede llevar al desánimo.
Veamos cómo podemos vencer esta falta de seguridad. ¿Le enseñaron algo falso como que Dios es "todo ley, nada de gracia"? O quizás usted no ha atesorado mucho de su Palabra en su corazón. Recuerde los tiempos en que confiaba en el Señor y él le respondía; recuerde cómo le hacía sentir el confiar plenamente en él. Y, lo más importante, el meditar en las Escrituras.
Dios quiere que usted ande en la libertad de la fe, con plena confianza en él. Esto elimina la ansiedad, porque el todopoderoso, omnisciente y tierno Padre celestial es capaz de guiar, fortalecer y conducir a sus hijos a la victoria. Si usted no ha estado viviendo con esta fe, comience hoy. ¡No se pierda de lo mejor que él tiene para dar!
Dr. charles F.Stanley
Que Dios nos ayude en nuestra incredulidad y nos permita tener
una fe firme. NMo olvides que la duda es la ladrona de nuestras
bendiciones, cuando ores, recuerda la alabanza, esto nos da
un ambiente de fe y toda duda se disispa.
Dios sea propicio a ti hoy y siempre,