Cómo tener un corazón piadoso Ezequiel 36.25-28
El Señor quiere darnos a cada uno de nosotros un corazón genuino, para que seamos dóciles y sensibles a él. Cuando es tocado por el dedo de Dios, un corazón piadoso se rinde a la presión y asume la forma que él desea, de manera muy parecida a lo que hace una masa de arcilla cuando deja que el alfarero determine la forma de la vasija.
Para ayudar en este proceso, Dios ha enviado al Espíritu Santo para morar en cada creyente y hacerle sensible. Al ceder a los impulsos del Espíritu con una pronta obediencia, el corazón se vuelve cada vez más tierno y receptivo a su dirección. El Señor puede impartir una mayor comprensión de su Palabra a un corazón dócil, porque éste ha aceptado y obedecido fielmente lo que le ha sido enseñado.
Cualquier resistencia a Dios se traducirá en endurecimiento. Pero quienes están acostumbrados a tener una relación estrecha con Cristo, que es el resultado del sometimiento a él, se ocuparán rápidamente del pecado en sus vidas, y volverán al punto de la obediencia y de la bendición.
Las personas con corazones tiernos están íntimamente relacionadas con el cuerpo de Cristo [la iglesia], buscando edificar y alentar a otros en su vida de fe. Estas personas no sólo son receptivas a lo que Dios quiere decirles; también son dóciles para aprender; están dispuestas a escuchar y a ser corregidas por otros.
Esta semana, cuando usted lea su Biblia y ore, permita que su corazón sea dócil a las palabras del Señor. Cuando él le toque con la punta de su dedo algún área dura de su vida, escuche su enseñanza, y confíe en que el poder del Espíritu le ayudará a rendirse y a obedecer. Deje que Dios le convierta en un vaso útil y hermoso.
Dr. Charles F. Stanley
Ezequiel 36:25-28 (Reina-Valera 1960)
25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.
Comprende que Dios hará que Su pueblo experimente una verdadera transformación renovando sus mentes por medio de la plenitud de Su Espíritu. Recibe con gozo el nuevo espíritu y el nuevo corazón que Dios te ofrece. inclínate ante el Espíritu de Dios y recibe su ley de vida en tu corazón para ser transformado de veras.
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