La Lección de una vieja embarcación
Hace poco fui a Point Reyes, California, para fotografiar unos faros, Cuando llegué se formó una niebla, y no pude ver nada, así que pensé que Dios tenía algo mejor para mí. Cuando me retiraba, vi una vieja embarcación abandonada en la arena.
Mi Primer pensamiento fue que la embarcación probablemente había costado mucho dinero, y que pudo haber sido utilizada para pescar o para recreación. Probablemente había proporcionado placer a muchas personas durante años. Pero, en algún momento, su dueño la sacó del canal y se olvidó de ella. Algo sucedió que hizo que fuera abandonada. Puedo asegurarle que había pasado bastante tiempo sin que nadie se preocupara por ella, ya que estaba sucia y descuidada.
Pensé entonces en todas las personas que pasan con sus autos junto a esta embarcación, y no le prestan ninguna atención. No se dan cuenta de que ella es una imagen perfecta de una persona que se ha apartado de la voluntad de Dios. Una vida hermosa y productiva, feliz, tranquila y llena de gozo, puede cambiar completamente en un instante. Cuando alguien que sigue a Dios se sale del canal y flota a la deriva, da contra las rocas o queda atrapado en algun lugar lejos de su hogar. A medida que pasan las horas y los días, los meses y los años, se llena de cicatrices y se arruina, como esa embarcación, volviéndose irreconocible para quienes le amaron.
Ninguno de nosotros quisiera terminar así. La próxima vez que usted se mire en el espejo, piense en esa embarcación. ¿Sabe usted que es lo que más envejece a las personas? No son los años, sino el pecado. La desobediencia, el descuido, el libertinaje y la falta de disciplina. conozco personas de 90 años de edad, que tienen más energía y atraqctivo que otras de 30 años más jóvenes. Muchos cristianos se han apartado de la voluntad de Dios y no se dan cuenta de que están en serios problemas. El Señor anhela nuestro éxito y desea que vivamos una vida plena y llena de felicidad, que sólo podremos disfrutar si permanecemos dentro de Su voluntad. Dr. Charles F. Stanley
Amado Padre celestial, te rogamos en el nombre de Tu Hijo Jesucristo que no permitas que vivamos fuera de su santa, perfecta y buena voluntad, no permitas que seamos desobedientes a Ti, que seamos hacedores de Tu Palabra y que en todo momento, y en todo lugar sea Tu Santo Espíritu guiándonos a todo conocimiento y verdad, que no permita que nos apartemos de la senda de santidad y que permanezcamos siempre bajo la sombra de tus alas, abrazando tus mandamientos, leyes y decretos, regocijándonos siempre en Ti. glorificando a nuestro Señor y Salvador, con pensamientos, palabras y acciones y así vivi runa vida plena y feliz. en el Nombre de Cristo Jesús, Amén y amén
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