Lectura: Efesios 4:29-32
No salga de vuestra boca ninguna palabra mala
sino sólo la que sea buena para edificación.
Efesios 4:29
Uno de los mayores honores que me hayan hecho jamás, ocurrió durante
uno de los momentos más tristes de la vida.
Yo tenía el corazón destrozado el año pasado cuando mi buen amigo y
compañero de trabajo Kurt De Haan murió de repente mientras corría en su hora
de almuerzo, como solía hacerlo siempre. Kurt fue el jefe de redacción
de Nuestro Pan Diario en inglés desde 1989 hasta el día que murió.
Perderlo fue un duro golpe para todos nosostros en Ministerios RBC.
Sin embargo, su esposa, Mary, y sus cuatro hijos eran quienes más sufrían.
Un par de días antes del funeral recibí una llamada de Mary, quien me pidió que
leyera el panegírico de Kurt. Yo me sentí abrumado con este privilegio que era un poco
dulce y un poco amargo.
Mientras reflexionaba en la vida de Kurt, una cualidad parecía estar siempre presente,
Era una cualidad extraordinaria y fue algo en lo que centre mi panegírico. En los
22 años que lo conocí, trabajé con él y hablé con él, nunca escuché a Kurt ni una sola
vez decir una palabra negativa acerca de otra persona.
Qué legado tan notable de un verdadero cristiano! Kurt vivió a la altura de
Efesios 4:29-32. Procuraba edificar a los demás, mostrar amabilidad
y ternura en vez de amargura y malicia.
¿Podrán los demás decir lo mismo de nosotros?
J. David Branon
Padre amado, en el nombre de Tu Hijo Jesucristo pon una brasa
ardiente en nuestra boca, pon guarda en nuestros labios,
danos sabiduria para que cuando abramos nuestra boca sea
para dar vida, para edificar, para construir, que siempre
tengamos palabras amables, amorosas, porque una
palabra amable es aceite que quita la fricción de la vida.
Que cuanod hablemos puedan sentir tu hermosa Presencia
que podamos darte gloria y honra con nuestra forma de hablar
En el nombre de Cristo Jesús.
Perla
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