En la Sombra
En la sombra de su mano me ha encubierto; y me ha hecho como una saeta reluciente; dentro de su aljaba me ha escondido. (Is 49.2 VM)
"En la sombra" todos debemos de ir allí algunas veces. El deslumbramiento de la luz del día es demasiado brillante; nuestros ojos se lastiman y no pueden distinguir las sombras delicadas del color o apreciar el tinte neutral de la habitación obscurecida por la enfermedad, la sombra del dolor que cubre la casa o la sombra que cubre la vida de quien ha desaparecido la luz del sol. Pero no temas. es la sombra de la mano de Dios. Él te está guiando. Hay lecciones que sólo puedes aprender allí. La fotografía de Su rostro sólo puede obtenerse en la cámara obscura. Pero no pienses que Él te ha arrojado a un lado. Tú aún estás en Su rebaño. Él no se ha desprendido de ti como si tú fueses una cosa indigna. Él está guardándote de cerca, hasta que llegue el momento en que pueda enviarte con rapidez y certeza para llevar algún mensaje con el que Él sea glorificado. Recordad, los que os en- contrais solitarios y cubiertos por alguna sombra amarga de la vida, lo cerca que se encuentra la espada del guerrero. Puede al- canzarse fácilmente con las manos y está guardada con gran celo. En alguna esfera de la vida, el mayor crecimiento se produce por medio de la sombra. El grano magnífico de la India nunca crece con tanta rapidez como en la sombra de una noche cálida de verano. El sol arruga las hojas con el bochorno del mediodía, pero imediatamente se estiran si pasa una nube por el cielo. La sombra presta un servicio que no se encuentra en la luz. Cuando mejor puede percibirse la belleza del mundo estrellado; es cuando las sombras de la noche se deslizan por el firmamento. Hay bellezas que florecen en la sombra que jamás florecerían en el sol. en los países en que hay niebla, nubes y sombras, también mucho verdor. El florista tiene "glorias nocturnas," como también "gloris matutinas." La "gloria nocturna" no brilla con el esplendor del mediodía, pero cuando parece más bella es cuando la envuelven las sombras de la noche.
Mrs Charles E.Cowman
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío Mi Dios en quien confiaré Él te librará del lazo del cazador De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás al terror nocgturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortadad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; Más a ti no llegará. Salmo 91:1-7 Reposa en Cristo, deposita tu afecto en Él, y reconócelo en todo. Descansa en Su protección. En Su amor,
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