Como
debemos de pedir el favor Divino.
Hijo mío..., Yo soy El Señor que
conforta en el día de la angustia.
Ven a Mi, cuando te sientas lleno de
tristeza.
Este es el mayor obstáculo para la
consolación celestial: que recurres
demasiado tarde a la oración.
Porque antes de decidirte a invocarme
con fervor , andas buscando consuelos
y te recreas en las cosas exteriores. Por eso te
aprovecha de tan poco,
hasta que por fin caes en la cuenta de que Yo soy el que salvo a los
que esperan en
Mi, y que fuera de Mi no cabe socorro eficaz,
ni consejo provechoso, ni menos
aun remedio perdurable.
BÚSCAME Y ME ENCONTRARAS SIEMPRE...
Autor de la Red
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