Habitantes de Talca lloran cerca de uno de los edificios colapsados por el terremoto Foto: Reuters
TALCA, Chile.- Por lo menos 83 personas murieron ayer en la ciudad de Talca por el terremoto, y la ciudad permanecía sin electricidad ni agua potable, mientras las réplicas del sismo continuaban sin cesar horas después del primer temblor.
"Fue como ver el fin del mundo", dijo Vicente Acuña, un comerciante de 76 años. "Sólo Dios nos puede ayudar", fue la frase con que una mujer en Talca trató de explicar la situación en que quedó la ciudad, después del terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter que azotó ayer a Chile.
La mayoría de las muertes ocurrió en el casco viejo de la ciudad, ubicada 240 kilómetros al sur de Santiago, que quedó "prácticamente en el suelo" por el sismo, dijeron testigos en el lugar, que agregaron que fue el peor terremoto desde 1985. Varias de las construcciones del lugar son de adobe, aunque la mayoría de los edificios destruidos eran comercios que estaban vacíos a las 3.34, cuando ocurrió el sismo.
"[Durante el terremoto] todo se caía, los armarios y todo. Yo dormía con mi hijo Diego, de 8 años, y sólo atiné a tapar su cabeza con una almohada... parecía como una gran turbulencia de avión´´, relató el periodista de la agencia AP Roberto Candia.
Las autoridades de Talca, donde viven poco más de 200.000 personas, prometieron la entrega de ayuda y declararon la "zona de catástrofe" para facilitar los trabajos de asistencia. Mucha gente se instaló en carpas en sitios elevados tanto por miedo al derrumbe de sus casas como a que sean alcanzadas por un posible tsunami.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, llegó en helicóptero a la ciudad al mediodía, habló con las autoridades regionales y pidió calma y paciencia a la población. "Yo misma sufrí la experiencia por la mañana. Tuve que pisar vidrios rotos", contó la mandataria.
La ciudad permanecerá sin luz por lo menos hasta hoy, advirtió la empresa eléctrica que suministra la energía. Tampoco se distribuye agua potable, la cual hay que buscar en camiones aljibe porque hay muchas cañerías rotas.
Talca quedó aislada debido a que cayó el puente Perquilauquén, en el límite entre las regiones del Maule y Bío Bío.
El combustible es escaso para los vehículos, y efectivos del ejército chileno instalaron motores eléctricos en algunas estaciones, las cuales sólo entregan nafta a vehículos dedicados a atender la emergencia. El edificio de la Intendencia -monumento histórico- quedó inutilizable y se evaluaba su demolición.
En tanto, en la cárcel de Talca se vivieron momentos de tensión cuando cayó un muro y los detenidos intentaron fugarse en un motín que los gendarmes controlaron, pero uno de los reclusos murió debido a los disparos de los guardias.
La cantidad de víctimas en la región puede aumentar porque no se sabe qué ocurrió en la zona de Cauquenes. Los militares estaban acuartelados y se analizaba el envío de un hospital de campaña, porque el hospital de la ciudad vio superada su capacidad.
Las clases fueron suspendidas debido a la inseguridad de los edificios y a la espera de evaluar sus condiciones estructurales.
En el sector de neonatología del hospital de Talca, los recién nacidos fueron trasladados a un centro de tratamiento terapéutico construido hace dos años.
Agencias ANSA y AP