Trataremos aquí, de presentar las nociones básicas que nos permitan
distinguir claramente la realidad espiritual que nos rodea. Es decir, la
tremenda lucha entre la luz y las tinieblas, la primera, representada
por Jesús para salvar a las almas de los hombres, y la segunda, por
Satanás que tiene como fin su destrucción.
Por esta causa, Jesús comisionó a sus discípulos con AUTORIDAD EN SU
NOMBRE, para ejercer un ministerio de sanidad y liberación de las
fuerzas que las tinieblas ejercen sobre los hombres. Leamos algunos
ejemplos: “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros
setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y
lugar adonde él había de ir”.
“En cualquier ciudad donde entréis… sanad a los enfermos que en ella
haya…” (Lc. 10:1, 8, 9).
“Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aún los demonios se
nos sujetan en tu nombre.
Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os
doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, (dos símbolos
bíblicos), y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino
regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”. (Lc.
10:17-20). El último verso hace bien claro el hecho, de que el ser
salvos, es una causa MAYOR para el regocijo, que echar fuera demonios en
el nombre de Jesús. El objetivo principal de nuestro ministerio no es
echar fuera demonios, sino predicar el evangelio a los perdidos.
Ahora, a fin de predicar el evangelio de una manera que las personas
respondan y sean salvas, tenemos que trabajar en el poder y demostración
del Espíritu, (1 Cor. 2:4). Es vital que tengamos autoridad sobre los
demonios de satanás, y que pongamos tal autoridad en práctica.
Dos grandes poderes están envueltos en una lucha de vida o muerte, por
los seres humanos. Pedro y Juan describieron esto de la siguiente
manera:
“… velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar”. (1 Ped. 5:8).
“Para esto apareció e Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”.
(1 Juan 3:8). Jesús nos llama a unirnos en su obra de destrucción de las
obras del diablo.
Nos será de ayuda informativa el describir brevemente al diablo y sus
demonios.
A) ¿QUIEN ES SATANAS?
Satanás es el dios de este mundo, (2 Cor. 4:4). El era príncipe de
naciones, (Mt. 4:8,9). El es el autor de todas las miserias y problemas,
de todas nuestras enfermedades y dolores, y de la misma muerte. Es rey y
comandante de todos los espíritus demoniacos. El reina sobre todos los
ejércitos de las tinieblas y del infierno. Su principal deseo y
maquinación es destruir las vidas humanas; por consiguiente, se complace
en causar dolor al corazón de Dios, nuestro Padre celestial.
Podemos entender mejor quién es por los nombres que la Biblia le da:
1- El diablo: en Mt. 13:19, es llamado “el malo”. En el vr. 39, es
llamado “el enemigo” y “el diablo”. La terminología diablo significa
“acusador”, “difamador” o “calumniador”.
2- El acusador: en Ap. 12:10, es llamado “acusador de nuestros
hermanos”.
3- El adversario: en 1 Ped. 5:8, es llamado “el adversario”, y es
comparado con “un león rugiente”, quien anda alrededor buscando a quien
devorar”.
4- El dragón: Ap. 20:2, es descrito por un grupo de nombres tan
repugnantes que causa disgusto mencionarlos: “el dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y satanás”.
5- El padre de mentiras: en Juan 8:44, es llamado por Jesús “homicida,
mentiroso, y padre de mentiras”.
6- El tentador: en Mt. 4:3.
7- El príncipe de los demonios: en Mt. 12:24.
8- El príncipe de la postestad del aire: en Ef. 2:2.
9- El príncipe de este mundo: en Jn. 14:30.
10- El engañador: en 2 Cor. 11:3, es llamado “la serpiente con su
astucia engañó a Eva” (o sea engañador).
B) ¿QUE SON DEMONIOS?
Algunos dicen que los demonios no existen, que el título es meramente
una figura poética del lenguaje, pero eso no es cierto. La Biblia es tan
clara y definida en sus enseñanzas concernientes a los demonios, como lo
es en relación a los ángeles. Ambos son reales hoy. Ambos deben ser
estudiados bíblicamente y entendidos en el contexto general de toda la
Biblia.
Los demonios son seres espirituales caídos, malvados, aborrecibles y
destructivos. Son personalidades, de la misma manera en que los
espíritus humanos son personalidades. Los demonios son espíritus sin
cuerpos físicos donde puedan morar. Nosotros somos espíritus con
cuerpos. Nuestros espíritus vinieron de Dios. Los espíritus de los
demonios sirven a Satanás y son enviados de su parte.
1- Pertenecen al diablo.
Los demonios pertenecen a satanás, quien es el gobernador de los
demonios. Jesús habla de ellos como sigue: “… el diablo y sus ángeles” (Mt.
25:41). La terminología griega “Diablos” (diablo), significa “acusador”
o “calumniador”. Es siempre usado en el singular en el Nuevo Testamento.
Las palabras “daimon y daimonion” son usadas tanto en singular como en
plural, y no son intercambiables con la terminología de “diabolos”,
siendo que sólo existe un “diabolos”, el diablo, pero existen muchos
“daimonion o daimon”, demonios.
2- Son ángeles caídos.
Los demonios son ángeles caídos, “que no guardaron su dignidad, sino que
abandonaron su propia morada” (Jud. 6). Cuando fueron creados al
principio, eran criaturas perfectas, pero recibieron la libertad para
escoger entre el bien y el mal. Los demonios son ángeles que escogieron
desobedecer a Dios y hacer la voluntad de satanás.
a) Algunos están en prisión. Primero, están los que pecaron y están al
presente en “prisiones de oscuridad” (2 Ped. 2:4), esperando por el
juicio de los ángeles (1 Cor. 6:3).
b) Algunos están libres. Segundo, están los que cayeron, y a quienes
Dios les ha permitido continuar sierviendo a satanás y a su reino. La
razón para esto es uno de los secretos de Dios (Dt. 29:29). Satanás no
es omnipresente (no puede estar en todas partes al mismo tiempo, como
Dios; debido a su limitación de ser un ser creado); no obstante, tiene
una multitud de demonios o espíritus que hacen su voluntad con tanta
precisión que parece estar presente en todas partes.
Lo visto hasta aquí, nos es útil para conocer a nuestro enemigo e
inclusive saber que el esta organizado como un ejercito, por regiones y
áreas de autoridad, según Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra postestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales
de maldad en las regiones celestes”. Esto describe de un modo muy
categórico la realidad y la naturaleza de nuestra batalla espiritual.
DIOS QUIERE EN ESTE ENCUENTRO LIBERARNOS DE TODA ATADURA ESPIRITUAL DE
MALDAD, que a través de puertas abiertas ya sea por el pecado, herencia
o prácticas ocultistas, hayan dado derecho legal a los demonios sobre
nuestras vidas para atormentarnos.
AL PUNTO QUE ESTEMOS LISTOS PARA “VESTIRNOS DE TODA LA ARMADURA DE
DIOS”, muchos guerreros se van a levantar hoy, para conquistar la tierra
que Dios nos ha prometido a nivel personal, familiar y en nuestras
iglesias.
Por eso debemos estar orando, ya que el enemigo va a tratar de
distraernos, o que nos sintamos mal, o con molestias físicas, cansancio,
etc…. para que te retires antes… en fin sintomas mentirosos, para que no
recibas la sanidad y liberación completa que Dios tiene para ti. Si es
necesario pide oración a cualquier líder o colaborador, para que te
fortalezcas y estés firme hasta el final.
C) ¿QUE NOS DICE DIOS RESPECTO A ESTO COMO SUS HIJOS?
1- Nosotros tenemos la armadura de Dios.
A veces el enemigo trata de hacernos sentir miedo… pero la realidad es
que él no tiene poder sobre nosotros. Hemos recibido toda la armadura de
Dios con la cual podemos resistirle. Jesús antes de ascender al Padre,
otorgó a cada creyente el derecho de ejercer autoridad en Su Nombre,
contra el diablo.
La espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios, esta a nuestra
disposición para que la usemos contra satanás.
Nuestros pies están calzados con el evangelio.
El yelmo de salud (salvación) está puesto sobre nuestras cabezas, y el
escudo de la fe es nuestra defensa, con el cual podemos apagar todos los
dardos de fuego del enemigo (Ef. 6:13-18).
2- Tenemos poder sobre el enemigo.
Jesús, nuestro capitán, dice: “He aquí os doy potestad de hollar
serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo” (Lc. 10:19).
“… les dió (Jesús) poder y autoridad sobre todos los demonios…” (Lc.9:1).
“… En mi nombre echarán fuera demonios…” (Mr. 16:17).
RECUERDA ENTONCES QUE HOY ES TU DIA, QUE DIOS QUIERE DARTE LO MEJOR. ¡Y
QUE NO HAY DEMONIO QUE PUEDA IMPEDIRLO!
D) LA PRACTICA DEL OCULTISMO Y LAS MALDICIONES QUE NOS ACARREA.
1- ¿Cristianos con demonios?
Este es uno de los temas mas controvertidos en los últimos años, porque
de alguna manera acarrea una discusión doctrinal que tiene distintas
posturas. Por lo que se refiere a esta exposición, de ninguna manera
sentamos doctrina alguna. Ya que enfocamos el tema al área de consejeria,
dejando ello para los teólogos y tratados de estudios que profundizen el
tema en el tiempo y espacio necesario.
Sin embargo, es importante que sepamos asirnos de las escrituras y
también de la experiencia. Pues aunque la Biblia no nos dice
abiertamente que un cristiano puede estar demonizado, tampoco nos dice
lo contrario. Además algunos textos y la experiencia en consejeria
pastoral, nos hacen suponer, con mucha firmeza, que pueden estarlo
excepcionalmente y en casos muy puntuales.
Si hemos entendido las diferentes áreas que componen al ser humano,
entonces concluiremos que EN LAS AREAS DONDE NO HAY RENDICION al Señorio
de Cristo, el Espíritu Santo no puede gobernar. Por lo tanto, toda
desobediencia -en cualquiera de las áreas de la personalidad- abre una
puerta legal para que los demonios opriman y atormenten la vida de un
cristiano. Por esa razón el apóstol Pablo nos amonesta a los cristianos:
“no deis lugar al diablo” (Efesios 4:27).
La palabra griega para “asechanzas” es “metodeia” que significa, método
y plan establecido de engaño. ¿Puede un cristiano estar poseído? Claro
que sí, en aquéllas áreas en donde se le ha abierto y se habla el mismo
lenguaje que satanás. El tiene un interés especial por el cristiano, por
el cuerpo de Cristo ya que el hará todo lo posible para destruir y
debilitar el ministerio de la iglesia en este mundo. Hay principados que
se encargan, directamente, de destrir las iglesias, principados de
denominacionalismo, sectarismo, mundanalidad, etc.
Muchos víven con la media verdad de que le diablo no puede tocar al
creyente, esto es cierto, pero siempre y cuando el creyente viva en
santidad y no comience a juguetear con el pecado. (Alguna base bíblica:
No caer en condenación o en el lazo del diablo: 1 Tim. 3:6,7; No
apartarse en pos de satanás: 1 Ped. 5:8,9; No dejarlo entrar en la vida,
cuando se dice que satán entró en la vida de la persona, hay referencia
al pecado voluntario, como el de Judas (Lc. 22.3; Jn. 13:27) o Ananías (Hch.
5:3); la palabra “llenar” es “pleroo”, llenar hasta arriba, la misma
utilizada en Ef. 4:27. El diablo puede ejercer control total o parcial
por el pecado. El enemigo puede morar en el lugar que el creyente le
otorgue.
Por eso repito, solo en casos puntuales (y según lo aprendido y
experimentado, en grandes campañas evangelísticas y consejeria pastoral
por mas de treinta años), el cristiano está totalmente poseído. Siempre
es una excepción, como lo refieren los textos arriba citados. Lo que si
es una realidad mas común, son los cristianos “oprimidos por el diablo”
en diferentes áreas de su vida. Pero siempre porque se continúa en
desobediencia. Lo importante aquí, es recalcar, que la misericordia de
Dios es nueva cada dia. Para todo aquel que se arrepiente de corazón y
vuelve al Señor. Luego de un verdadero arrepentimiento, y renuncia al
pecado de que se trate, es imposible que un verdadero cristiano no
alcance perdón, liberación y Salúd. Así, todo cristiano que ama a su
Señor y procura agradarle puede estar seguro.Todo esto lo continuaremos
desarrollando en este estudio.
“Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquél
que nos amó”
Romanos 8:37
“Se permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo
lo que queréis y os será hecho”
Juan 15:7