La palabra de Dios
• SALMO 19:7-10
• La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio
de Jehová es fiel que hace sabio al sencillo.
• Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
• El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
• Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
y dulces más que miel, y que la destila del panal.
Oración de confianza
• SALMO 56:3-4
• En el día que temo, yo en tí confío.
• En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré;
¿Qué puede hacerme el hombre?
En tu Corazón y en tu Boca
• DEUTERONOMIO 6:5-9
• Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma,
y con todas tus fuerzas.
• Y estas palabras que Yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
• Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa,
y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
• Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como
frontales entre tus ojos;
• Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
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• JOSUE 1 :8
• Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y
de noche meditarás en él,
para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
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• ISAIAS 66:2
• Mi mano hizo todas estas cosas , y así todas estas cosas fueron,
dice Jehová; pero miraré
a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Hacedores de la Palabra
• SANTIAGO 1:21-25
• Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia,
recibid con mansedumbre
la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
• Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos.
• Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella,
este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
• Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
• Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad,
y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra,
éste será bienaventurado en lo que hace.
Exhortación a la obediencia
Josue 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día
y de noche meditarás en él,
para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Salmos 119:11
En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
Para siempre, OH Jehová,
Permanece tu palabra en los cielos.
119:105
Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.
Jeremias 15:16
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y
tu palabra me fue por gozo y por alegría
de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí,
OH Jehová Dios de los ejércitos.
Mateo 4:4
Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá
el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Juan 6:63
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha;
las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
8:31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos;
8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Romanos 10:17
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
1 de Corintios 10:11
Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están
escritas para amonestarnos a
nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
2 de Timoteo 2:15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia,
1 de Pedro 2:2
desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezcáis para salvación,
2 de Pedro 1:21
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres
de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
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