¿Dónde se ganan las batallas?
Pedro no entendía lo que estaba a punto de suceder, aunque debió haber tenido el discernimiento necesario para saberlo. Ni Jacobo, ni Juan, ni ninguno de los otros discípulos lo tuvieron. Aunque habían estado con Jesús durante tres años, todavía no tenían una idea clara del plan eterno de Dios y esta falla se convertiría en su vergüenza.
Cuando se sentaron a comer con el Señor la noche de su arresto, tenían sus corazones y sus mentes llenos de preocupaciones, entre la mayoría de las cuales no estaba la inminencia de la muerte del Salvador, Desde temprano ese día, estaban absorbidos totalmente por los detalles de la cena de la Pascua (Lc 22:10-13), de modo que, cuando Jesús llegó al aposento alto, ninguno se ofreció a lavar sus pies. Por tanto, el Señor tomó una toalla y comenzó a lavar los pies de lops hombres que estaban con Él (Jn 13.5)
Entre los discípulos surgió una disputa sobre quién sería el mayor entre vostros [sea] como el más joven, y el que dirige, como el que sirve" (Lc 22.26). Más tarde, les reveló una sorprendente verdad: Todos ellos le abandonarían esa misma noche. Pero Pedro negó categóricamente esa posibilidad, diciendo: "Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré" (Mt 26.33)).
Nadie parcía estar consciente del vertiginoso desarrollo de lo que estaba teniendo lugar. A medida que avanzaba la tarde, los discípulos escuchaban al Señor mientrs éste les decía que sería traicionado, pero su mensaje no les llegó l corazón.
No podía concebir que sucediera tal cosa, no a un hombre que habia cambiado la vida de tantos, y que literalmente había hecho milagros ante sus ojos. con la muerte y el dolor acercándose rápidamente, los discípulos se durmieron, sin haber aprendido la lección más importante para ganar cualquier batalla... ¿Cuál lección?,,, Que hay que velar y orar.
Dr. Charles F. Stanley Continuará no dejes de leerlos...
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá Lc 11:10 La oración es vital para nosotros. Sus mandamiento de orar siguen en pie. Su deseo de saber de nosotros siigue vivo. La fe no es exigir lo que queremos es confiar en la bondad de Dios a pesar de las tragedias de la vida. Sufrimos. Oramos. Seguimos orando. Puede que Dios nos niegue nuestra petición, pero nunca decepcionará nuestr confianza.
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