Avanzar por fe
Génesis 12.1-20
La fe puede adormecerse cuando estamos concentrados en nuestra comodidad
antes que en el plan de Dios. Abraham, por el contrario, cambió lo familiar por
lo desconocido, y recibió muchas bendiciones.
Vivir por fe es la respuesta correcta cuando Dios nos llame a avanzar.
Su llamamiento puede llegarnos a cualquier edad y en cualquier situación.
Abraham tenía 75 años cuando inició su viaje. David era un pastor joven cuando fue
ungido para ser rey (1 S 16.11-13).
Pablo tuvo su encuentro con el Señor cuando se dirigía a arrestar a judíos cristianos
en Damasco. Después de su conversión, se convirtió en el mensajero del Señor a
los gentiles (Hch 9.1-6). Es posible que nuestro llamamiento pueda no ser tan dramático,
pero siempre implicará avanzar por fe.
Obedecer al Señor incluirá también tiempos de prueba. Abraham, como todos
nosotros, tuvo éxitos y fracasos. El llamamiento inicial a dejar su país fue recibido
con una fuerte convicción y con acción inmediata. Como resultado, recibió una
promesa de gran bendición para él y sus descendientes. Pero su respuesta a la hambruna
fue muy diferente: un viaje a Egipto, mentir sobre su relación con Sara, y un castigo
de Faraón. Nuestra respuesta a las órdenes de Dios es importante. Podemos tener
bendiciones o pesar por nuestras acciones.
Dejarse guiar por Dios puede ser incómodo. Quienes están cerca de nosotros pueden
cuestionar nuestros motivos, o no estar de acuerdo con nuestras decisiones. Y es posible
que nosotros mismos no queramos hacer lo que él pide. Pero la fe nos mantendrá
avanzando en la obediencia. Nos ayuda a mantener el rumbo, y a experimentar las
bendiciones que se encuentran en una relación con Cristo.
Dr. Charles F. Stanley