El Carácter de Cristo en nosotros

Poder desde lo alto

Jesús sabía que sus discípulos no serían capaces de vivir una vida de fe por sí solos.
Fue por eso que les dijo que no iniciaran su ministerio hasta haber recibido el don del Espíritu Santo (Lc 24.49).  Lo que fue verdad para los discípulos entonces, sigue siendo verdad para nosotros hoy, Sin la ayuda del Espíritu Santo no podemos vivir la vida que Dios nos ha llamado a vivir.

Pensemos en el apóstol Pedro.  Caminó con Cristo durante todo su ministerio de tres años en la tierra. Escuchó los sermones de Jesús, vio cómo curaba a los enfermos, y disfrutó de una amistad íntima y personal con el Hijo de Dios. Después, cuando Jesús anunció que sería traicionado y negado por sus amigos, Pedro exclamo "Señor, dispuesto estoy  ir contigo no sólo a la cárcel, sino también  a la muerte (22.23).
Pedro hizo esta declaración confiando en sus fuerzas. Era demsiado orgulloso par pensar que algún día le fallaría a su Señor, Pedro negó incluso conocer a Jesús (vv. 54.62).
En el versículo 33, Pedro está confiando en sus propias fuerzas, seguro de que lo lograría. Pero, cuando llegó el momento, descubrió que sus fuerzas eran terriblemente insuficientes. Es probable que esa verdad cruzó la mente de Pedro después, cuando el Señor le dijo que no comenzara su ministerio hasta que fuera investido de poder de lo alto (cf 24.49). cuando ese "poder" vino a ellos, Pedro se transformó en una  persona   más audaz y dinámica. Quien antes se había encogido de miedo en la oscuridad de la noche, predicó un polémico y radical sermón a los líderes de Jrusalén 9Hch 2:14-36).
El Señor Jesús enseña varias veces en los evangelios la gran importancia del fruto en la vida de sus discípulos. Para Él, el fruto espiritual no es simplemente una posibilidad o un ideal; es, en realidad la característica de los creyentes.

Dr. Charels F. Stanley