Colaborar con el Espíritu
Hemos visto que la simple presencia del Espíritu Santo produce cambios en nuestras acciones y actitudes. Ahora bien, profundicemos un poco más y examinemos el crecimiento mayor que toma lugar cuando cooperamos activamente con Él. Con colaborar con el Espíritu, quiro decir simplemente que confiemos en que el Espíritu trabajará en y a través de nosotros. No podemos producir fruto espiritual sin la obra del Espíritu Santo, y sin duda la voluntad de Dios para nosotros es que seamos fructíferos. En Juan 15.1, Jesús describe el Padre como un viñador. ¿Por qué iba un viñador a plantar una viña si no esperaba una cosecha de uvas? Es evidente, por la ilustración de Jesús, que podemos confiar en que el propósito de Dios para nosotros es que demos fruto.
Podar las Ramas Los vv.2 y 8 de este pasaje muestra aun más la progresión. Según el v.2, Dios quitará cualquier rama queno esté produciendo fruto; podará también las que sí estén produciendo para que puedan produci más. El v.8 nos muestra el resultado de este modo fructífero de vida; damos gloria a Dios al mostrar que somos sus hijos. La poda que hace Dios alarma a muchos creyentes. ¿Significa la ilustración que Dios traerá pruebas a nuestra vida, aunque seamos obedientes y fieles a Él? Sí, eso es exactamente lo que significa. Algunas veces, especialmente cuando estamos teniendo éxitos en nuestra vida cristiana,nos sentimos satisfechos con nosotros mismos. Así que es necesario una sacudida o una dificultad para que Dios capte nuestra atención y nos haga más productivos. Cuando Dios nos "poda", saca su navaja y comienza a extirpar cosas. Esto puede doler un poco, pero tenemos que entender bien lo que Él se propone. No está matando a la vid, sino quitando las cosas que debilitan o limitan la producción del fruto. Después de la poda, el resultado será una cosecha más abundante. Esto traera gloria a Dios, y producirá un testimonio que captará la atención de quienes os rodean.
Dr. Charles F. Stanley
En Su amor y mi amor
|