Sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto
hasta
ahora.
Y no sólo ella , sino que también nosotros mismos, que tenemos
las
primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos
en
nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos,
la
redención de nuestro cuerpo.
Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado
lo
que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste,
seremos semejantes a El porque le veremos como El es.
Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros
también
seréis manifestados con El en gloria.