¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena?
Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios,
el que también intercede por nosotros.
Es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación.
Yo, el SEÑOR. Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando
yo vea la sangre pasaré sobre vosotros.
No hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús.
Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas,
¿quiénes son y de dónde han venido? Y yo le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo:
Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras
y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre, e hizo de nosotros
un reino y sacerdotes para su Dios y Padre, a El sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.