Una Actitud Obediente
David, el salmista, dijo de Dios: "sacrificio y ofrenda de cereal no has deseado; has abierto mis oídos; holocausto y ofrenda por el pecado no has requrido. (Sal. 40.6 LBLA).
Dios se deleita en la atmósfera de nuestra obediencia. Por supuesto, no tiene sentido que nos hable si no vamos a escuchar y obedecer. Durante muchos años quise que Dios me hablara, pero yo quería escoger en qué cosa obedecerle. Sólo quería hacer lo que me parecía una buena idea; si no me gustaba lo que oía, actuaba como si no proviniera de Dios. Él nos ha dado tanto la capacidad de oírlo como de obedecerlo. Dios no nos pide más sacrificio que nuestra obediencia Algunas de las cosas que Dios te diga serán emocionantes; otras no lo serán tanto. Pero eso no significa que lo que te dice no resultará para su bien si te sujetas y lo haces a su manera. Si Dios te dice que fuiste grosero con alguien, y que quieres que le pidas disculpas, de nada servirá que repliques; "Bueno, esa persona también me trato mal!" aunque hayas orado, y aunque hayas escuchado, si respondes con excusas todavía no has obedecido. En lugar de eso, si Dios te dice que vayas y te disculpes, ve y hazlo. Decídete a caminar por la senda de la obediencia y dile a esa persona; "Fui descortéz contigo, lo siento" . Ahora si has obedecido. Ahora la unción de Dios puede fluir a través de tu vida, porque fuiste obediente El plan de Dios no es difícil; nosotros lo hacemos complicado. si anhelas la voluntad de Dios para tu vida, puedo darte la receta más simple. " Ora y obedece" porque Dios te dio la capacidad para ambas cosas. Ora y obedece, ora y obedece, ora y obedece.
Si lo haces, cuando quieras acordar estarás dando los pasos correctos dentro del perfecto plan de Dios para tu vida.
Joyce Meyer
La obediencia es fruto del amor, si amas a Dios le obedecerás y vivirás victoriosamente. Padre limpia con hisopo nuestro oídos, purificalos con tu verdad, haznos oidores prestos a obedecerte, que nuestro deseo sea el agradarte en todo tiempo, haznos obedientes como Tu Hijo Jesucristo que obedeció hasta la muerte, porque es más agradable y da mejor fruto hacer tu voluntad que la nuestra. En el nombre de Cristo Jesús, amén
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