Sembrador

“Si bien no se dejó a sí mismo, sin testimonio haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos llenando de sustento y de alegría nuestros corazones”. Hechos 14:17 "

Muchas personas dicen: “Si Dios es real ¿por qué no se muestra?, ¿por qué no dice aquí estoy Yo?. Cuando esto sucede es porque la persona que hace la pregunta no conoce lo que Dios dice, y esta situación de desconocimiento es conducente a lo que llamamos dureza espiritual. En Romanos 1:20 dice:“que las cosas invisibles de El su Eterno Poder y deidad se hacen claramente visibles, desde la creación del mundo, siendo entendidas, por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”.

La Palabra de Dios dice que: “el sol sale sobre buenos y malos”. Cualquier persona puede disfrutar del sol, de la luna, de las estrellas, de los paisajes que Dios ha creado. La creación toda obedece a Dios en su funcionamiento y en sus tiempos. El hombre es el único en la creación que se revela contra Dios y hace su propia voluntad. Dios siempre se preocupó por darle la provisión de su alimento al ser humano. Si es que falta alimento en el mundo no es porque Dios no lo ha provisto sino por la maldad y la ambición de los poderosos de la tierra.

El hombre de campo sabe apreciar la importancia de las lluvias, y el beneficio de ellas es para los que creen, como para los que no creen, esto lo hace Dios. También el beneficio es extensivo para a los que compran los alimentos que el campo provee. ¡Qué alegría cuando la semilla se abre y da su fruto!, una nueva vida comienza, esto no es obra del hombre, el que hace germinar la semilla es Dios.

Dios nos ha dejado la semilla de Su Palabra, ¡sembrémosla en aquellos que nos rodean!. Si no lo hacemos somos desobedientes. Pero Dios no se quedará sin testimonio de que El es Real. No hemos sido llamados a tener éxito en la conversión de la gente, pero sí a sembrar la semilla de Testimonio, y “el Espíritu Santo se encargará de convencer al hombre, de pecado, de justicia y de juicio, por cuanto no creen en mí” dice Dios. Pero no debemos desanimarnos en la siembra, debemos sembrar siempre, aprovechando todas las oportunidades.

¡Señor ayúdame para sembrar siempre!