El ejemplo de Ana
1 Samuel 1.1-20
En el pasaje de hoy, el profeta Samuel habla de sus piadosos padres y de
las circunstancias difíciles que enfrentaron antes de que él naciera. Al
observar la vida de su madre, Ana, podemos aprender algunos principios
importantes para la vida. Aunque su situación tenía que ver con la
maternidad, las lecciones se aplican tanto a hombres como a mujeres.
Manténgase siempre fiel a su familia. Una mujer de su entorno la
atormentaba sin piedad. Aunque no estaba en peligro físico, se
mantenía turbada emocionalmente porque no podía evitar a esta persona.
¡Qué tentador debió haber sido tratar de buscar una salida! Pero Ana
permaneció en el hogar, oraba al Señor y hacía todo lo posible por
resistir. Demostró una fidelidad a su familia que era más importante
que su necesidad de tranquilidad.
Manifieste amor y aceptación. Ana consideraba que su hijo Samuel
un regalo del Señor (v. 20). Me la imagino diciéndole día tras día:
"Eres un regalo que Dios me dio. Te amo y anhelo saber qué planes
tiene él para ti". Tenemos el poder de edificar a nuestros hijos y
cónyuges, o el de destruirlos. Por medio de nuestras palabras de
afirmación, oraciones, besos y abrazos, mostramos a nuestros hijos
lo mucho que los valoramos. Demostrarles un amor puro fortalece
a las personas más preciosas para nosotros
Algunos de nosotros vivimos con personas que nos hacen la vida
difícil, y a veces somos afectados negativamente por las decisiones
que toman. Dios entiende su situación, como entendía muy bien la
Ana. Acérquese a Dios, y experimente su amor y fidelidad para
con usted. Después, exprese esto mismo a los demás.
Dr. Charles F. Stanley