Dios está presente en los días malos
Génesis 39.1-23
En las noticias vemos regularmente imágenes de calamidades en nuestro mundo.
Y, en lo personal, también experimentamos tiempos difíciles.
Lo mismo sucede con familiares y amigos que enfrentan dificultades con sus
hijos, la pérdida de sus empleos y rupturas matrimoniales.
Como cristianos, tenemos un Padre celestial que ha prometido estar con nosotros en
nuestras dificultades. Podemos confiar en él; Dios sabe antes que nosotros lo que
sucederá; nada está oculto a sus ojos (He 4.13). él ve en la oscuridad de los tiempos
difíciles con tanta claridad como lo hace a la luz del día (Sal 139.11, 12). Por medio de
su Espíritu, el Señor nos da el consuelo, las fuerzas y la sabiduría para perseverar.
La historia de José ilustra esta verdad. Tras ser rechazado por sus hermanos,
y vendido como esclavo, fue acusado falsamente por la esposa de su amo y
encarcelado. Pero en medio de ese tiempo, el joven hebreo
experimentó la presencia y el favor divinos.
Dudo que José comprendiera los designios del Señor durante su
esclavitud y encarcelamiento. Pero después, como segundo al mando después
de Faraón, entendió el propósito de Dios al permitir esos años difíciles. Al final,
José evidenció lo que él sabía que era la verdad. Sus hermanos habían pensado
hacerle daño, pero Dios usó todo su sufrimiento para llevar a feliz
término su plan (Gn 45.4-8; 50.20).
Cuando los problemas lo golpeen, recuerde la verdad de Dios, y cobre ánimo.
El Espíritu Santo que mora en nosotros tiene los recursos para darnos
lo que necesitamos, prepararnos para la jornada y sostenernos con su
presencia durante los días malos. Nada puede impedir que los propósitos
de nuestro Señor se cumplan (Is 14.27).
Dr. Charles F. Stanley