Querida mujer en victoria:
Dios le dijo a Moisés: He aquí un lugar junto a mí (véase Éx 33.21-23). Ese es el lugar donde quiero estar. Ese lugar está reservado para mí, para que pueda estar cerca de Él. Él nos dice: "Acércate a mí". Es como mover la silla y sentarse junto a su abuelo, su mejor amigo, o su hermano. Hay un lugar reservado cerca del Señor que es santo. Hay un lugar reservado cerca del Señor que es justo. Solo al acercarse a Él, usted comienza a sentir su presencia y la manifestación de su gloria. No puede estar en su presencia sin que se haga visible en su vida.El resplandor del rostro de Mosés era la evidencia de la presencia de Dios. Cada una de nosotras que permanezca cerca de Él tendrá la apariencia de su gloria, una santa apariencia, la apariencia de alguien que ha mirado fijamente el rostro de Jesús. Esto se puede ver con frecuencia en los ojos de las personas después que ha estado con Dios. Moisés estuvo en la presencia de Dios más que la mayoría de nosotros, pero a medida que vamos más y más tiempo a Él, pasando tiempo con Él, comunicándonos con Él, adorándolo, hallaremos que la luz gloriosa del evangelio de Jesucristo no solo brillará en nuestros corazones, sino que brillará a través de nuestras vidas y en nuestros rostros también. Muchas de nosotras estamos empezando ahora a experimentar lo mismo que Moisés en el monte con Dios. Esto sucede cuando genuinamente buscamos su presencia, cuando clamamos a Él; "Muéstrame tu gloria" Así como Jesús se transformó ante los ojos de los discípulos, nosotras estamos siendo transformadas por la manifestación de su gloria. Él nos está transformando de gloria en gloria. Estos son los tiempos de avivamiento en los que Él está obrando esas gracias transfor- madoras en nuestras vida por el poder de su Espíritu. Quiero declarar como Moisés lo hizo; Si la presencia de Dios no ha de ir conmigo, no quiero ir. No quiero ir donde Él no ha estado antes en la plenitud de su gloria. Él quita el velo de nuestros ojos, hace que caiga las escamas. Él quita los obstáculos y las limitaciones de nuestras mentes y de nuestros pensamientos, y hace que se ablande la dura costra que se ha formado en nuestros corazones por los afanes de esta vida para que podamos experimentar su gloria de una forma nueva y mayor.
Ruth Ward Heflin
Padre, permite que hallemos gracia en tus ojos. Muestranos tu camino y danos descanso en tu presencia Éx 33:13,14
Dios te bendiga hoy y siempre,
Fondo by Perla
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