La búsqueda de  Dios para Salvarnos

El que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como
yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
 Apocalipsis 3:20

Apocalipsis 3:20 es un pasaje clave fantástico que distingue en verdad a la fe
cristiana de las demás religiones. Aquí tenemos una hermosa imagen de
Jesucristo, el Salvador de la humanidad, tocando con paciencia a la puerta
de nuestros corazones.  Qué ilustración tan fabulosa de la búqueda salvadora
de Dios!

En la mayoría de las religiones, la situación sería lo contrario. La imagen
sería que usted o yo estamos tocando a la puerta del cielo, tratando de
entrar.  Pero aquí es Jesús quien nos busca.  Cuando uno mira el pasaje en
el idioma griego original, nota que el Señor  no toca la puerta sólo una vez o
dos veces.  La forma verbal denota una acción continua.  Él está allí parado
tocando una y otra vez a la p;uerta de nuestros corazones.

Vemos esta búsqueda activa de Dios en toda la Biblia. Después que
Adán y Eva pecaron en el huerto del Edén, ¿buscaron afligidos al Señor
para pedirle perdón?  No. Fue el Señor quien los llamó; Él buscó
activamente a la primera pareja, para darles la oportunidad de confesar
su pecado (génesis 3.8,9).

Pensemos en el apóstol Pablo.  ¿Llegó él a conocer al Salvador, buscando
a Cristo?  No!  Fue Jesús quien buscó en el camino de Damasco y lo llamó
al arrepentimiento (Hechos 9:1-6).

El Señor njos ha dado el honor de participar en Su búsqueda por alcanzar
a los muchos que están en el mundo necesitados de un Salvador.
¿Está usted poniendo en práctica ese llamado?  Jesús edstá en actividad
a su alrededor; únase a Él hoy en la comunicación de las buenas Nuevas
que todos necesitan oír.

Dr. Charles F. Stanley

Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas La misión del Ministerio Mujeres en Victoria, es fomentar en el creyente una intima y constante relación con Jesucristo y fortalecer su deseo de servirle con amor y pasión todos los días de su vida. Bienvenidos sean todo.