¡Escucha Dios!
Yo nunca hablé contigo. Hoy quiero saludarte: ¿Como estás? ¿Tú sabes? Me decian que no existes, y yo, tonto, creí que era verdad.
Anoche vi tu cielo. Me encontraba oculto en un hoyo de granada. . . ¡Quién iba a creer que para verte, bastaba con tenderse uno de espaldas!
No sé si aun querrás darme la mano; al menos, creo que me entiendes.
Es raro que no te haya encontrado antes, sino en un infierno como éste.
Pues bien. . . ya todo te lo he dicho. Aunque la ofensiva pronto nos espera, Dios, no tengo miedo desde que descubrí que estabas cerca.
¡La señal! . . .
Tal vez llame a tu cielo. Comprendo que no he sido amigo tuyo, pero. . .
¿Me esperaras si hasta Ti llego?
¡Cómo! . . . ¡Mira Dios! . . . ¡Estoy llorando! . . . ¡Tarde te descubrí! . . . . ¡Cuanto lo siento! . . .
Dispensa. . . . Debo irme. . .
¡Buena Suerte! . . .
¡Que raro, sin temor voy a la muerte! . . . .
Encontrado en la chaqueta de un soldado muerto en combate
Cuando nacemos, nos encontramos con la otra cara de Dios. Venimos del mundo del espiritu para entablar una relacion de amor con la vida en la materia y tanta es nuestra pasion que nos olvidamos a quien estamos amando. Llegamos a creer que todo es un reflejo de lo enseñado y hasta nos convencemos que el mundo no podria ser de otra manera que la vista por nuestros ojos. Solo en el momento de la partida vemos nuevamente la luz del espiritu que nos espera al final del camino. Un sendero largo y casi olvidado. Mientras que alli estuvo siempre, esperando... un abrazo de amor con el universo y una relacion que nos enriquece a cada instante porque somos parte del crecimiento y desarrollo de un infinito que nos contiene.
No esperes descubrir a Dios en los momentos mas cruciales. Entabla una buena relacion de amistad con El, pues está presente en todo, aún detrás de este mensaje.
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