Querida Mujer Victoriosa:
Probablemente ya se habrá dado cuenta que ser cristiano no es descansar sobre un lecho de rosas. Hay definitivamente algunas espinas en el jardín de la vida. Muchas personas piensan ingenuamente cuando entregan sus vidas a Jesús, que el Espíritu Santo les toca con una varita mágica y que la vida será perfecta sin más dolor, ni más sufrimiento. Dios nos promete eso pero no en esta tierra, eso será en el cielo donde Él nos prepara una hermosa mansión decorada tal como nos gusta y todo estará limpio siempre. Pero mientras tanto, Él dijo que tendríamos tribulación o problemas en esta tierra. Dios usa estas estaciones de nuestras vidas como épocas en que se forma el carácter. (Sería más fácil si Él tuviera hornos espirituales de micro ondas donde pudiera ponernos, apretar el botón del tiempo para dos minutos y cada uno saldríamos como , "una piadosa mujer de fe y poder").
Nuestra respuesta a las desiluciones pueden convertirse en las ilusiones de Él para formarnos verdaderamente en una mujer de propósito. Tal y como un orfebre deja que el oro permanezca en el fuego refinador hasta que pueda ver la imagen de sí mismo, nuestro Padre celestial usa cada problema, desengaño e incluso cada crisis para purificar nuestras vidas y pintar un retrato de su imagen en nuestros corazones. Tenemos una elección: podemos mejorar o nos podemos amargar. Deuteronomio 29.18 y Hebreos 12.15 nos hablan de una raíz de amargura que puede brotar y causar problemas. Conozco una mujer que hace años escogió no perdonar a alguien que la había herido y en su lugar permitió que una raíz de amargura de resentimiento fuera plantada en su corazón. Sufrió un desengaño tras otro hasta que la semilla del resentimiento comenzó a echar la raíz de la amargura. Ahora tiene líneas de amargura grabadas en su rostro y sus palabras mordaces reflejan el profundo endurecimiento de su alma. Ella siguió siendo una victima en vez de convertirse en victoriosa. Nunca subestime el poder escondido en una pequeña semilla. En la primera parte de Hebreos 12.15 se nos exhorta a mirar bien "no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios". Tenemos que examinar cuidadosa y frecuentemente nuestros corazones para asegurarnos de que no estemos dejando ninguna raíz de resentimiento morando en nuestros corazones. Esas raíces pueden muy rapidamente caer de nuestras mentes y echar raíces en nuestras almas. Debemos tomar diariamente una "ducha espiritual con la sangre de Jesús que nos limpia y vestirnos con su gracia y bondad.
Mi primer esposo, que era un dinámico evangelista, murió de cáncer en 1982. Yo quede viuda con dos hijos pequeños a los treinta y cuatro años. Escogí no llenarme de amargura y no culpar a Dios, pero clamaba por Su gracia y fortaleza para caminar por el valle más difícil de mi vida. La muerte de mi esposo se convirtió en otro de los fuegos refinadores de Dios en mi vida. Ahora soy una mujer mucho más fuerte y tengo un nivel de compasión más profundo por las personas que sufren. Hagamos "limonadas" con los limones que hemos recibido y repartámosla al mundo que nos rodea para que "Prueben y vean que el Señor es bueno". (véase Salmo 34.8).
Judy Radachy
|
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
La misión del Ministerio Mujeres en Victoria, es fomentar en el creyente una intima y constante relación con Jesucristo y fortalecer su deseo de servirle con amor y pasión todos los días de su vida. Bienvenidos sean todo.
|
Haz click y entra
|