La conducta del creyente 1 Pedro 1:1-9
En su primera carta, la intención del apóstol Pedro era edificar a sus lectores, incluidos nosotros, en su vida cristiana. Echemos un vistazo a algunos de los puntos clave en este pasaje. Nuestra vida tiene que basarse en la obra expiatoria de Jesucristo, quien murió para redimirnos de la servidumbre al pecado. Su sangre preciosa pagó en su totalidad el precio de todas nuestras transgresiones —pasadas, presentes y futuras (Ef. 1:7).
Al aceptar la muerte sacrificial del Señor a nuestro favor, experimentamos un segundo nacimiento y somos avivados espiritualmente (Jn. 3:3). En ese momento de la salvación, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros. Su presencia es la prueba de nuestra nueva posición en Cristo, así como una garantía de nuestra futura herencia y de nuestro lugar en el cielo. Como hijos de Dios, se nos manda a vivir en santidad. A esta clase de vida la caracteriza una profunda reverencia por el Señor.
Nuestro deseo de tener una vida santa proviene de conocer el carácter de Dios, entendiendo lo que le costó el salvarnos, y de reconocer que nos enfrentaremos a un futuro juicio. Un día estaremos de pie delante de nuestro Señor para que Él evalúe nuestro trabajo y decida nuestra recompensa celestial (1 Co. 3:11-15).
Él examinará nuestros sentimientos internos, así como nuestra conducta exterior. Los actos de obediencia serán premiados, no así los momentos de rebeldía. En otras palabras, nuestras actitudes y decisiones son importantes, tanto en esta vida como en la futura.
Aparte tiempo para reflexionar periódicamente en estas verdades, y utilícelas para acrecentar su deseo de obedecer a Dios.
Dr. Charles F.Stanley
La Palabra clave en el Evangelio de Juan es creer. La fe libera nuestra comprensión de la Escritura y abre el camino para la actividad del Espíritu en nuestras vidas. La fe, como el amor, se manifiesta en la obediencia. Por último, la fe nos aproxima a Dios, para que recibamos de Él las cosas que necesitamos.
A Jehová nusetro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos Josué 24:24
Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho. Éx 24:3
No confíes en ti mismo para obedecer la Palabra de Dios. Depende en todo del Espíritu Santo. Recuerda que el Espíritu Santo nos prepara para ejercer la sabiduría como una disciplina que conduce a la plenitud de la vida
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