No buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Filipenses 2:4
Al dar de nosotros mismos, manifestamos la esencia del carácter de Jesús, por cuanto siempre ha sido Su naturaleza pensar más en los demás que en Sí mismo. ¿Por qué otra cosa se humillaría y se haría "obediente hasta la muerte de cruz" (Fil 2.8)?
Nuestra tendencia natural es considerar primero nuestros intereses -mirarlo todo desde la perspectiva de nuestras propias necesidades y carencias. Pero con la ayuda de Jesús podemos desprender ese hábito. Podemos comenzar a pensar en los mejores intereses de los demás -sus carencias, sus preocupaciones, sus necesidades.
Entonces debemos pregunarnos: ¿Consideramos los intereses de los demás más importantes que los nuestros? ¿Tenemos la misma emoción al ver lo que Dios está haciendo en ellos y a través de ellos que la que tenemos al ver lo que Él está haciendo en nosotros y a través de nosotros? ¿Anhelamos ver a los demás crecer en graqcia y que ganen reconocimiento, aunque pueda que hayan sido nuestros esfuerzos los que les dieron el éxito? ¿Encontramos satisfacción viendo a nuestros hijos espirituales superarnos en la obra para la que han sido llamados? Si es así, esa es la medida de la grandeza.
Somos en gran parte como nuestro Señor cuando nuestros pensamientos por nosotros se pierden en nuestros pensamientos por los demás. No hay amor más grande que ése (Jn 15.13)
David H. Roper
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cualo también por lo de los otros. Fil 2:3-4
Vive desinteresadamente! Da la espalda a toda ambición egoísta o actitudes arrogantes. Estima a otros como gente más importante y meritoria que tú. La p;iedad evita todo lo que trae desunión o división a la Iglesia. Nos hacen que los demás sean el centro de nuestras preocupaciones. Desarrolla una actitud de unidad "por la fe del evangelio" En Su amor y mi amor
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cualo también por lo de los otros. Fil 2:3-4.....
Los que somos Creyentes verdaderos y en entera consagraciòn a Dios,
no debemos buscar nuestros propios intereses, màs bien servir y
mostrar nuestro amor y que Cristo vive en nosotros sirviendo al pròjimo,
debemos ser humildes y mansos tratando de imitar a Cristo ejemplo
fiel, para poder llevar una vida en santidad, y predicando su santo