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Según las Escrituras antes de recibir a Jesús usted era un hijo de desobediencia e iba a morir eternamente. Pero al haber hecho hoy la oración y creer en Cristo fue adoptados por el Espíritu Santo y fue hecho hijo de Dios. Por lo tanto, usted ahora es un hijo de obediencia.
El nos dió una nueva vida
Lea despacio Efesios 2.1-10 y verá en éstos versículos de la Biblia lo que usted ahora es en Cristo. Estos versículos dicen que Dios nos dio vida y un lugar especial, pues nos hizo sentar en lugares celestiales (o tronos) y nos dio las riquezas de su gracia. Si fuimos acercados a él, debemos caminar con él. Si Dios nos sentó en tronos, ¿por qué bajarnos de allí? ¡Quedémonos junto a él!
Lo que es en Cristo
He aquí una lista de bendiciones que ha recibido ahora que es un creyente. Estúdielas y créalas, porque esto le bendecirá grandemente. Cuando lea el versículo confiese de forma personal lo que ahora es en Cristo:
1. Soy nueva criatura 2 Corintios 5:17 2. Soy especial tesoro Malaquías 3.17 3. Soy templo del Espíritu Santo 1 Corintios 6:19-20 4. Soy sal de la tierra Mateo 5:13 5. Soy luz del mundo Mateo 5:14 6. Soy hechura suya Efesios 2:10 7. Soy piedra viva que soy edificada 1 Pedro 2:4-5 8. Soy ministro competente de un nuevo pacto 2 Corintios 3:6 9. Soy linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para anunciar las virtudes de Dios 1 Pedro 2:9 10. Soy hijo de Dios Romanos 8:15 11. Soy heredero de Dios Romanos 8:17 12. Soy embajador de Cristo 2 Corintios 5:20
Eres un hijo de Dios, no un jornalero
En Lucas 15:11-32 puedes leer la historia del hijo Pródigo, el hijo que se fue de su casa rebelde y con la herencia del padre y regresó arrepentido, pero con el concepto equivocado de sí mismo. Usted ahora es como ese hijo que decidió regresar a la casa del Padre, pero debe aprender a no pensar de la manera que el si lo hizo. Ésta parábola muestra a un muchacho que se aleja de su padre y peca contra él; al reaccionar, se da cuenta que estaría mejor en casa de su padre, y decide regresar. Su culpa por haber pecado lo hizo creer que había perdido a su posición de hijo; sin embargo su padre lo esperaba e hizo todo lo posible para demostrarle que, aunque hubiese pecado, seguía siendo su hijo.
Muchas personas que vienen a Cristo creen que no son dignas de ser llamadas hijos de Dios, por los pecados que han cometido y la culpa que sienten en su corazón, pero la Escritura dice que desde que lo recibió en su corazón tienen el derecho de ser llamado su hijo, pues El mismo lo ha adoptado.
Así es nuestro Padre Celestial: aunque todos pecamos, hizo todo lo posible para reconciliarnos con El, y envió a su Hijo para morir en nuestro lugar. El dejó escrito lo que ahora significamos para él, para que vivamos como hijos y no como jornaleros. No importa cuántos pecados haya cometido, El le ha perdonado; no debe sentirse culpable ante su Padre celestial de los pecados que cometió, sino siéntase libre y perdonado por un Dios que le ama grandemente. Usted es un hijo de Dios. Recuerde que el Espíritu Santo no engendra jornaleros, sólo hijos. Hoy puede creerle y recibir la gran cantidad de bendiciones que El tiene para usted.
Pastor Cash Luna
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