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Días de Formación
Cuando Andrés trajo a su hermano para que conociera a Jesús (Jn. 1:40-42), el Señor miró a Simón y le dio el apodo de Pedro, que significa "roca". A pesar de que el nombre indicaba una solidez inquebrantable, no hubo una evidencia inmediata de que Simón sería el discípulo fiel y constante de Jesús. Esa transformación tendría que ser gradual.
Debió de haber sido emocionante seguir a un hombre que decían ser el Mesías prometido. Pedro escuchaba la enseñanza de Jesús y veía las maravillas que Él hacía frente a sus ojos, como la transformación del agua en vino, la curación de su propia suegra y la resurrección de una niña (Jn. 2:7-11; Mr. 1:30, 31; Lc. 8:51-55). Eran días de milagros y de expectativas de mayores cosas que habrían de venir. Los hechos que estaba presenciando debieron de haberle presentado el reto de tratar de hallarle sentido a enseñanzas que parecían estar más allá de su comprensión (Mt. 15.15, 16). Sin embargo, había una atracción irresistible que lo llevaba a mantenerse siguiendo a ese ex carpintero.
La fe de Pedro crecía a medida que andaba con Jesús, pero, al igual que los otros discípulos, no siempre entendía el significado de lo que estaba viendo y oyendo. Por ejemplo, en el monte de la transfiguración se quedó pasmado cuando vio a Jesús hablando con Moisés y Elías. Pensando únicamente en la manera práctica de prolongar el momento, Pedro se enrolló las mangas y se ofreció a construir tres cabañas para que los tres pudieran permanecer allí. Pero fue necesario que una voz del cielo le recordara que Jesús era la figura central de esa escena. Él era mayor que la Ley y los Profetas; Él era el hijo de Dios (Lc. 9:28-35).
A veces, la impulsividad de Pedro lo llevó a meterse en problemas. Cuando los discípulos vieron que Jesús se dirigía a su barca sobre las olas, fue Pedro quien pidió también caminar sobre el agua. Aunque después de dar varios pasos sobre las agitadas olas, comenzó a hundirse (Mt. 14:25-31). Jesús le extendió el brazo al pescador, y lo censuró amablemente por su fe vacilante. (Sin embargo, es digno de señalar que a pesar de que sus pasos no fueran perfectos, Pedro fue el único que estuvo dispuesto a arriesgarse para llegar hasta donde estaba el Señor).
Nuestro caminar con Jesús no siempre es fácil, al igual que Pedro podemos tener momentos de desánimo y de altibajos en nuestra devoción al Señor en los que no podemos ver las cosas con claridad, es por eso que nos hundimos en las dudas y en los temores. Lo que tenemos que hacer es tomar con calma los reveses y tener una buena relación con el Señor. Esto fue lo que caracterizó la fe de Pedro, y también la meta a la cual debemos nosotros apuntar.
Richard L. Mabry, MD ~~~~~~~~****~~~~~~~~
Amados hermanos, es tan importante que por nada, ni nadie, descuidemos nuestra relación con el Señor, que el estar con Él, sea nuestra máxima prioridad, el tomar nuestro alimento diariamente (leer Su Palabra), el meditar en la Palabra de Dios, solamente así seremos transformados y podrá salir de nosotros aquello que aún permanece silencioso dentro de nosotros y que muchas veces no entendemos porqué no hemos salido de ello.
Seamos diligentes, sabios, no nos apartemos de Él, porque si pasamos desiertos, a veces es necesario que los crucemos para salir como el oro fino, brillando, porque ese es el deseo de Dios, no protestes, no te quejes, guarda silencio y busca inmediatamente aislarte para hablar con Él y conociendo Su Palabra, profetiza sobre la dificultad que estás viviendo la promesa exacta para esa situación, toma con calma los reveses de la vida y ten una buena relación con el Señor. El desea formar el carácter de Cristo Jesús, en nosotros y sus planes y propósitos siempre son maravillosos para cada uno de nosotros.
Pídele que purifique tus oídos para escuchar su voz y no la del mentiroso, pidele que limpie con colirio tus ojos para ver Su gloria en esa situación, pidele que te inunde de Su gozo para estar fortalecido, y por nada pierdas la paz, una persona perturbada, regularmente aumenta los problemas, no resuelve nada.. asi que nuevamente ... toma con calma los reveses de la vida y manténuna buena relación con el Rey de reyes y Señor de señores.
En Su amor y mi amor,
Ministerio Vasijas de Honra
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Cuando Andrés trajo a su hermano para que conociera a Jesús (Jn. 1:40-42), el Señor miró a Simón y le dio el apodo de Pedro, que significa "roca". A pesar de que el nombre indicaba una solidez inquebrantable, no hubo una evidencia inmediata de que Simón sería el discípulo fiel y constante de Jesús. Esa transformación tendría que ser gradual.
Debió de haber sido emocionante seguir a un hombre que decían ser el Mesías prometido. Pedro escuchaba la enseñanza de Jesús y veía las maravillas que Él hacía frente a sus ojos, como la transformación del agua en vino, la curación de su propia suegra y la resurrección de una niña (Jn. 2:7-11; Mr. 1:30, 31; Lc. 8:51-55). Eran días de milagros y de expectativas de mayores cosas que habrían de venir. Los hechos que estaba presenciando debieron de haberle presentado el reto de tratar de hallarle sentido a enseñanzas que parecían estar más allá de su comprensión (Mt. 15.15, 16). Sin embargo, había una atracción irresistible que lo llevaba a mantenerse siguiendo a ese ex carpintero.
La fe de Pedro crecía a medida que andaba con Jesús, pero, al igual que los otros discípulos, no siempre entendía el significado de lo que estaba viendo y oyendo. Por ejemplo, en el monte de la transfiguración se quedó pasmado cuando vio a Jesús hablando con Moisés y Elías. Pensando únicamente en la manera práctica de prolongar el momento, Pedro se enrolló las mangas y se ofreció a construir tres cabañas para que los tres pudieran permanecer allí. Pero fue necesario que una voz del cielo le recordara que Jesús era la figura central de esa escena. Él era mayor que la Ley y los Profetas; Él era el hijo de Dios (Lc. 9:28-35).
A veces, la impulsividad de Pedro lo llevó a meterse en problemas. Cuando los discípulos vieron que Jesús se dirigía a su barca sobre las olas, fue Pedro quien pidió también caminar sobre el agua. Aunque después de dar varios pasos sobre las agitadas olas, comenzó a hundirse (Mt. 14:25-31). Jesús le extendió el brazo al pescador, y lo censuró amablemente por su fe vacilante. (Sin embargo, es digno de señalar que a pesar de que sus pasos no fueran perfectos, Pedro fue el único que estuvo dispuesto a arriesgarse para llegar hasta donde estaba el Señor).
Nuestro caminar con Jesús no siempre es fácil, al igual que Pedro podemos tener momentos de desánimo y de altibajos en nuestra devoción al Señor en los que no podemos ver las cosas con claridad, es por eso que nos hundimos en las dudas y en los temores. Lo que tenemos que hacer es tomar con calma los reveses y tener una buena relación con el Señor. Esto fue lo que caracterizó la fe de Pedro, y también la meta a la cual debemos nosotros apuntar.
Richard L. Mabry, MD ~~~~~~~~****~~~~~~~~
Amados hermanos, es tan importante que por nada, ni nadie, descuidemos nuestra relación con el Señor, que el estar con Él, sea nuestra máxima prioridad, el tomar nuestro alimento diariamente (leer Su Palabra), el meditar en la Palabra de Dios, solamente así seremos transformados y podrá salir de nosotros aquello que aún permanece silencioso dentro de nosotros y que muchas veces no entendemos porqué no hemos salido de ello.
Seamos diligentes, sabios, no nos apartemos de Él, porque si pasamos desiertos, a veces es necesario que los crucemos para salir como el oro fino, brillando, porque ese es el deseo de Dios, no protestes, no te quejes, guarda silencio y busca inmediatamente aislarte para hablar con Él y conociendo Su Palabra, profetiza sobre la dificultad que estás viviendo la promesa exacta para esa situación, toma con calma los reveses de la vida y ten una buena relación con el Señor. El desea formar el carácter de Cristo Jesús, en nosotros y sus planes y propósitos siempre son maravillosos para cada uno de nosotros.
Pídele que purifique tus oídos para escuchar su voz y no la del mentiroso, pidele que limpie con colirio tus ojos para ver Su gloria en esa situación, pidele que te inunde de Su gozo para estar fortalecido, y por nada pierdas la paz, una persona perturbada, regularmente aumenta los problemas, no resuelve nada.. asi que nuevamente ... toma con calma los reveses de la vida y manténuna buena relación con el Rey de reyes y Señor de señores.
En Su amor y mi amor,
Ministerio Mujeres en Victoria
Fondo ~Perla~ ©2008 |
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