Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la
vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el
que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
-– Juan 11.2526 (NVI)
HABÍA ido a la tumba de mi padre. De pie frente a ella,
miré al estrecho sendero donde una tumba abierta estaba
esperando por alguien. La imagen me atemorizó. Comprendí
que la tumba también estaba esperando por mí. Sin
embargo, el temor fue reemplazado por la paz de Dios,
cuando vi la tumba abierta como una imagen de la tumba
de Jesús abierta. Cristo ha resucitado y hemos
resucitado en él.
En vez de temer a la muerte, podemos mirar hacia la
resurrección y la vida eterna en Cristo. Jesús venció a
la muerte; la evidencia es la tumba vacía. El temor a
una tumba abierta es una reacción humana normal. Sin
embargo, los creyentes no ponemos nuestra confianza en
esta vida que perece. Nuestra confianza está en Dios,
que ha preparado un lugar eterno para nosotros. Como nos
dice la Escritura de hoy, el final de esta vida es el
primer paso hacia el lugar en que Dios nos espera.
Sr. John C. Holman (Minnesota, EUA)
Oración:
Señor, ayúdanos a mirarte a ti y no a este mundo, de
modo que no temamos a la muerte, sino que confiemos en
la obra que Jesús ha completado en la cruz. Sabiendo que
Jesús venció la muerte, estamos seguros bajo tu cuidado.
Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Para los creyentes, una tumba abierta puede ser un
recordatorio de la tumba abierta: la puerta hacia la
resurrección.
Ministerio Mujeres en Victoria
Somos siervas de Dios que
trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de
Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en
todas las áreas
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