Gracia: Nuestra segunda oportunidad Romanos 5.1-6
La Escritura pinta un panorama sombrío de la humanidad: está muerta en pecados, bajo la ira de Dios, y sujeta a la separación eterna de él (Ef 2.1-3). Pero, por medio de la cruz de Cristo, el Señor nos da una segunda oportunidad de tener una relación estrecha con él. Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, él derrama su amor incondicional ”su gracia” sobre nosotros.
Por su gracia, hemos sido justificados por fe. La justificación es la declaración de Dios de que no somos culpables ante sus ojos. Cuando recibimos la salvación, la muerte de Jesús en la cruz es contada como pago por nuestros pecados. Toda nuestra desobediencia ”pasada, presente y futura” es totalmente perdonada.
El medio para obtener esta gracia es a través de una fe genuina en Jesucristo. ¿Cómo es esta fe? Es una fe que acepta el veredicto del Señor de que somos pecadores; que no podemos salvarnos a nosotros mismos, y que necesitamos un Salvador. Es una fe que cree que Jesús pagó por nuestros pecados con su muerte; que Dios aceptó su pago a nuestro favor, y que somos perdonados y hechos miembros de su familia. Si tenemos una fe genuina, le daremos nuestra lealtad y le serviremos de corazón.
La gracia también nos da paz con el Señor. Antes de ser salva, la persona era su enemiga, y estaba bajo sentencia de muerte eterna. Pero, después de poner su fe en Cristo, es adoptada en la familia de Dios y tiene su favor para siempre.
Por la gracia, se nos ha dado una segunda oportunidad. En vez del castigo eterno que merecíamos, hemos recibido aceptación por la fe en Cristo (Ro 15.7) y hechos miembros de la familia de Dios (Ro 8.15). Aproveche plenamente esta segunda oportunidad siguiendo al Señor fervientemente.
Dr. charles F. Stanley
Amado Padre te rogamos que nos des el espíritu de Caleb que seamos vencedoras de obstáculos en nuestro caminar coantigo, que no pongamos la mirada en las circunstancias o los problemas, que tengamos esa seguridad que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece, y con la ayuda de Tu Santo Espíritu derribaremos muros, cruzaremos ríos, si el mar esta embravecido confiamos en Ti, que a Tu palabra las aguas se calmarán y nos guiarás a un puerto seguro. Porque te turbas y te abates oh alma mia, espera un poco porque aún he de alabarle, mientras tenga un álito de vida yo te alabare, adorare, y divulgare las buenas nuevas. en el nombre de Cristo Jesús, Amén
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