¿Desea Dios mi sanidad?
Ahora estamos preparados para contestar directamente la pregunta, Sí, Dios desea su sanidad, de la misma forma en que quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Ti 2.4). Pero no todo el mundo acepta Su oferta de salvación. Dios desea ver a sus hijos bien, pero muchos desobedecen las reglas para disfrutar de una buena salud. Algunos andan por caminos pecaminosos y necesitan ser castigados (He 12.6). Todos nos beneficiamos espiritualmente de algunas pruebas y del dolor. Tanto Pablo como Santiago exhortaron a los creyentes a alegrarse cuando fuesen probados por el sufrimiento (Ro 5.3-5; Stg 1:2-4). Su enseñanza nos asegura que es un elemento indispensable en nuestro desrrollo espiritual. A Dios le gustaría que estuviésemos bien, pero no sería bueno para nosotros ir por la vida sin dolor.
Sin embargo, no concluimos por eso que debemos ver con pesimismo la salud física ni el placer. Tampoco debemos resignarnos estoicamente a la idea de que debemos esperar mucho sufrimiento. Al contrario, debemos mirar la vida con optimismo. La Biblia da garantías y promueve un estilo de vida que conduce al binestar físico y espiritual, y lo hace en al menos nueve formas. 1. Da alivio de la pesada carga de la culpa (Sal 32.1-2; Romanos 5.1)
2. da el poder para liberarnos de la amargura interior causada por un espíritu no perdonador 89Mateo 6:12, 14,15; Efesios 4.32).
3. Promueve una perspectiva positiva de nuestro cuerpo asegurándonos que el Espíriutu Santo vive en él ( 1 Co 6.19), y que está destinado a la resurrección (1 Co0 15). 4. Enseña que la expresión sexual es tanto segura como satisfactoria dentro del vínculo del matrimonio ( 1 Co 7:1-5; He 13.4)
5. Da gracia a los creyentes solteros capacitándolos para vivir una vida feliz y plena ( 1 Co 7:7,8,32,39,40). 6. Se caracteriza por la esperanza" una confianza vigorosa en el futuro (Ro 8:31-39). 7. Nos asegura que somos miembros de una comunidad selecta: el cuerpo de Cristo, en elcual cada persona desempeña un papel especial para beneficio de todos (Romanos 12:3-8; 1 Co 12:1-31). 8. Fomenta una relación única con Dios de manera que podamos acudir a Él como nuestro Padre en una actitud de expectativa y pedirle sanidad cuando estamos enfermos 9Mateo 7:7-11; Romanos 8:15; Santiago 5:14-15) 9. Nos capacita para regocijarnos aun en el dolor (Hechos 5:41, 2 Corintios 4:16-18)
Dios desea su sanidad. Él permite la enfermedad y el dolor sólo cuando los puede usar para su bien. Y se va a ocupar de que usted esté bien por toda la eternidad. Crerer esto va a promover su buena salud.
Extraído de ¿Desea Dios mi sanidad?
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