¿Donde piensas pasar la Navidad? La respuesta es simple: en mi corazón. La Navidad ha encontrado un lugar especial, pues el espíritu crístico cobra expresión gracias al símbolo de humildad que es el pesebre de mi corazón. Este lugar sagrado es el paraíso donde podemos celebrar apropiadamente el día festivo.
Nuestras almas son renovadas cuando avivamos dicho paraíso y nos entregamos a la contemplación de la belleza del Cristo. Al avivar el reino interno, conscientemente vamos en pos de los verdaderos regalos de la temporada navideña —paz y bienestar para todos.
El corazón es un lugar amplio, un lugar de reposo, un lugar alegre donde la buena voluntad encuentra libertad de expresión. Entra en él calmada y calladamente, centrando tu pensamiento total y atentamente en el significado de la celebración.
Pasemos la Navidad en el corazón.
“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. —Mateo 6:21