Evangelio: Mateo 6,19-23
"Donde está tu tesoro, allí está tu corazón"
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- No amontonéis tesoros en la tierra,
donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes
y los roban. Amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla
ni carcoma que los roan, ni ladrones que abran boquetes y roben.
Porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo.
Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz;
si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras.
Y si la única luz que tienes está oscura,
¡cuánta será la oscuridad!
Mateo 6:19-23
Recuerda que tu corazón sigue a tu tesoro. Pon tu tesoro donde quieras que esté tu vida. Evita colocar tus afectos y lealtad donde no debe a causa de tus posesiones. Vende las posesiones innecesarias, o que te aparten de Dios, y entrega el dinero a los pobres o para la obra del Señor.
Jesús no prohíbe las posesiones materiales, ni su disfrute (véase 1 Ti 6.17), pero sí prohíbe el materialismo egoísta y los tesoros terrenales con la naturaleza imperecedera de los celestiales.
Las personas con el ojo "bueno" ("sano") es la que intenta servir a Dios
y no a las riquezas. (En otras versiones se alude a Mammón, el dios del dinero.) La persona de ojo "maligno" es eogísta, codiciosa y miserable.
La vida de uno está llena de luz, significado y propósito;
la de otro, de oscuridad, deprovista de significado.
En Su amor y mi amor,