Nunca abandonados
Léase Isaías 63.7-9
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo...
-Salmo 23.4
Mi hijo de 24 años fue asesinado en un acto
insensato de celos. Me sentí amargada por muchos
años. ¿Por qué tuvo que ocurrirle esto a alguien
que tenía toda una vida por delante? Mi hijo era
un joven esforzado e inteligente, y su vida fue
arrebatada violentamente en un segundo. Algunos
años más tarde, mi esposo murió repentinamente.
Comencé a preguntarme si Dios me estaba
castigando. Siempre he tratado de hacer lo
correcto, pero no vivía en comunión con Dios en
este momento de mi vida. De hecho, pensé que
Dios me había abandonado.
Un domingo, mientras visitaba una iglesia con mi
hija, casi inmediatamente comencé a sentir más
calma y paz. Me involucré en las actividades de
la iglesia, y comencé a comprender que Dios ha
estado conmigo en los momentos más difíciles.
Empecé a pedir a Dios misericordia y perdón por
mis pecados. A través de esta confianza en su
misericordia, pude perdonar a quienes pecaron
contra mí, incluyendo a quienes estuvieron
involucrados en la muerte de mi hijo. Ahora
siento la seguridad que Dios me da de que nunca
estuve abandonada-Dios estuvo conmigo en cada
paso del camino.
Oración:
Dador de todas las cosas buenas, gracias por tu
misericordia. Ayúdanos a recordar que nunca nos
abandonas. Amén.
Sa. Doris F. Jones (Louisiana, EUA)
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