Los evangelistas nos dicen que los líderes religiosos judíos rechazaron a Jesús y presionaron a Pilato, el gobernador romano, para que lo crucificara. Recientes representacioanes del sufrimiento de Cristo han renovado los temores de que si miramos de cerca a quién mató a Cristo, vamos a avivar las llamas del antisemitismo.
Sin embargo, la respuesta no es negar ni ignorar la historia, sino examinarla detenidamente por completo. El hecho es que Jesús mismo era hijo de una judía, y todos los apóstoles eran judíos, como también lo era la gran mayoría de sus primeros seguidores.
Sus primeros seguidores eran judíos, que en realidad se ofendían cuando se incluía a los gentiles en la Iglesia como a iguales, Pablo, el gran apótol de los gentiles, estaba oregullosode su herencia judía y con gozo señaló hacia el día futuro en que "todo Israel será salvo" (Romanos 11.26).
No necesitamos escribir la historia de nuevo. El prejuicio contra el pueblo judío por las acciones de algunos de sus antepasados es tan ilógico como culpar a todos los cristianos por lo que algunos seguidores mal guiados de Jesús hicieron en las Cruzadas.. O como culpar a todos los alemanes por lo que hicieron los nazis.
Hablando en sentido estricto, Jesús fue sentenciado por Pilato, un gobernadeo gentil. Fue ejecutado por soldados romanos. Sin embargo, a causa de nuestros propios pecados, todos tuvimos algo que ver en la muerte de Jesús como parte del propio plan de Dios para salvarnos de nuestros pecados.
Para recibir y disfrutar de los beneficios eternos de esa salvación, debemos creer y confiar en lo que Él hizo por nosotros en la cruz (Jn 3.16; Ro 5.8-21).
Martín R. De Haan
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros Romanos 5.8
Padre, tre damos gracias por haber enviado a Tu Hijo para salvarnos, Jesucristo te damos gracias por tu inmenso amor hacia nosotros, perdonanos porque aun sabiendo el gran sacrificio, el perfecto sacrificio donde venciste al enemigo de nuestras almas para darnos vida y vida en abundancia, muchas veces te fallamos, pecamos, perdonanos oh, Cristo Jesús, te rogamos que nos ayudes a caminar como tu caminaste en esta tierra, a vivir como tu viviste e impactar vidas como tu las impactaste, que cuando nos vean puedan verte a Ti, amado Rey de reyes y Señor de señores, te alabamos, te adoramos, te damos toda la gloria, la honra, y todo loor por los siglos de los siglos. Amén
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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