Hechos para marcar la diferencia
Max Lucado explica (y muestra) cómo hacerlo
¿Por qué cree usted que a tantas personas les resulta difícil compadecerse de los afligidos e involucrarse en sus problemas?
Una razón es porque las estadísticas nos abruman. El agotamiento de la compasión es un problema real. La gente dice: "Bueno, otro desastre en el mundo. Primero fue Haití, después Chile, y ahora Pakistán —todo en cuestión de meses. ¿Cómo podemos responder a esto?" Empezamos, entonces, a sentir indiferencia a la necesidad, cuando deberíamos pensar: "No, no puedo hacerlo todo, pero puedo hacer lo que sé hacer. Puedo hacer lo que Dios me ha llamado a hacer".
Podemos también educarnos. Hay situaciones donde no sentimos la necesidad de ayudar; trato de llamar la atención de la gente en cuanto a la enorme cantidad de personas que sí trabajan, pero aun así pasan hambre porque viven en lugares donde no pueden superarse. Esas son las personas a las que yo creo que podemos ayudar.
A veces creemos que estamos ayudando, cuando en realidad estamos empeorando las cosas. ¿Tiene usted sugerencias prácticas para evitar estos peligros?
Primero, asociarnos con instituciones dedicadas a ayudar a las comunidades más necesitadas. Por ejemplo, yo puedo tener el deseo de sacar de la prostitución a las niñas de Cambodia. Pero es una tontería pensar que podré hacerlo tomando un avión hacia allá, caminando por las calles, y dando dinero a las niñas para que puedan dejar esa vida. Tiene que haber algún tipo de estrategia. Es allí donde organizaciones como Visión Mundial y Misión Internacional de Justicia, entran en juego. A veces, lo mejor que podemos hacer es asociarnos con algún grupo que entiende cómo tratar con esos casos.
También en nuestras ciudades hay importantes cosas de sentido común que podemos hacer. En la oficina de beneficencia de nuestra iglesia tenemos este dicho: "Si tienen que tener la ayuda en este momento, no podemos ayudarles", porque deberían haber sabido que no es así como trabajamos. Es una postura dura, ¿no? Pero hemos descubierto que hay cosas que sí podemos hacer para suplir necesidades inmediatas —nunca damos dinero, pero sí tarjetas de certificado para comprar comida. Y otras cosas prácticas, como explicarles cómo pueden prorrogar el pago de su factura de electricidad. Muy rara vez la compañía dejará sin electricidad a alguien que llama y pide que no se la corten.
Usted también aconseja tomar tiempo para "ver" a la otra persona. ¿Cómo podemos realmente hacer eso?
Ayudamos a las personas en tres niveles: en nuestros vecindarios, en nuestras ciudades, e internacionalmente. Creo que lo mejor es comenzar en nuestro vecindario. Hay un hombre en nuestra calle —su vecina de al lado era una mujer soltera que estaba tan abrumada que no podía cortar su césped. Cuando la asociación de propietarios estaba a punto de llamarle duramente la atención, este hombre pensó: ¿Por qué será que no puede cortar su grama? Así que la visitó, y se enteró de que tenía problemas económicos y de salud. Entonces, en un maravilloso acto de cordialidad, reclutó a varios de nosotros para ir a limpiar su patio. Eso es lo que significa "ver el problema".
Sandy Feit
Continua....
Bienaventurado elo que piensa en el pobre; En el dia malo lo librara Jehova Jehova lo guardara, y le dara vida; Sera bienaventurado en la tierra Y no lo entregara a la voluntad dce sus enemigos Salmo 41.1-2
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