Hechos para marcar la diferencia
Max Lucado explica (y muestra) cómo hacerlo
¿por qué somos tan indiferentes a la hora de ofrecer compasión?
Es muy fácil rodearnos de un cascarón, y perder el contacto con las personas, ignorando su sufrimiento. Pero cuando lo conocemos, somos abrumados por su enormidad, su dimensión y su gravedad. Podemos enojarnos y pensar: ¡Ay, otro más que necesita ayuda!
Creo que la respuesta bíblica a eso es darse cuenta de que usted no puede hacerlo todo, pero sí puede hacer algo con la dirección del Dios soberano. Además, una esfuerzos con iglesias u organizaciones sin fines de lucro que sí saben cómo ayudar a los pobres.
Y por último, sea sensible. Mateo 9.36 dice que cuando Jesús vio a las multitudes, tuvo compasión de ellas. Él sabía que eran ovejas sin pastor, y que necesitaban alguien que las guiara. En otras palabras, las entendió. Por tanto, una buena manera de comenzar es diciendo: "Señor, mantén sensible mi corazón, al igual que el tuyo".
Comience a perpetuar su vida
Max Lucado afirma que todos podemos marcar una diferencia significativa, aun haciendo algo que nos parezca pequeño. He aquí cinco pasos que puede tomar.
- Comience con oración, como lo hizo la iglesia primitiva (Hch 1.14). Max narra cómo influenció su vida un profesor del seminario que oraba sobre su Atlas Mundial: "Una vez me detuvo en el campus de la universidad y me dijo: ‘Estuve orando por Brasil hace poco, y creo que Dios quiere que vayas a Brasil’. Era una afirmación insólita, y en realidad no pensé mucho en ello hasta ocho años más tarde, ¡cuando era misionero en Brasil! Recuerdo que pensé: ¿Podría yo relacionar todo lo sucedido? Pensé que Dios me dijo que fuera a Brasil, pero quizás primero escucho la oración de mi profesor, y después me envió". Usted nunca sabrá la diferencia que puede marcar cuando ora por el mundo
teniendo un globo terrestre —o por su vecindario— incluso sin saber los nombres de los vecinos.
- Pídale a Dios que le muestre qué vecinos están necesitados. Max comenta: "Creo que a todos nos sorprendería descubrir que hay muchas personas que parecen estar en buenas condiciones económicas, pero a un mes de ser echados de sus casas. Los escenarios pueden estar allí mismo, cerca de nosotros, donde pudiéramos ayudar".
- Practique la hospitalidad. Max relaciona esto con el mensaje de Hechos 2: "Ellos utilizaban sus hogares antes de utilizar cualquier otra cosa. Se reunían de casa en casa, y comían el pan juntos. Especialmente ahora, la hospitalidad es el recurso sin explotar de la iglesia. Piense en todo lo aislados que estamos: por causa de las puertas del garaje, de los automóviles, de los cubículos y de los audífonos, logramos evitar el contacto humano. El resultado es una severa soledad en nuestras comunidades. Mi iglesia está enfatizando ‘el vecindario’, y estamos descubriendo que la gente está deseosa de recibir hospitalidad, y contenta de ser invitada".
- Sepa cuándo decir "sí". Aunque la necesidad de obreros es siempre grande, no toda solicitud u oportunidad de servir es para usted. Max aconseja que, algunas veces, lo mejor que podemos hacer es decir "no", para poder decir "sí" a lo que debe hacerse. "Dispersarse tanto, sin enfocarnos realmente en algo que sí podemos contribuir, nos agota. Él recomienda identificar lo que nos apasiona, y también nuestras fortalezas, capacidades y dones, para conectarnos con el trabajo que Dios ha designado para cada uno de nosotros (Ef 2.10).
- Haga un aporte tangible ahora mismo en la vida de alguien. Las necesidades básicas cubiertas que nosotros damos por sentadas, no son una realidad para gran parte de la población mundial. La mayoría de nosotros pudiéramos contribuir con unos dólares cada semana, y Max dice cómo maximizar el beneficio: "Patrocinar a un niño es una de las manera en que podemos ayudar. Por el equivalente a treinta dólares al mes, usted puede asegurarse de que un niño tenga comida o agua potable —ese es un regalo maravilloso".
Sandy Feit
Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el dia malo lo librara Jehova Jehova lo guardara, y le dara vida; Sera bienaventurado en la tierra Y no lo entregara a la voluntad dce sus enemigos Jehova lo sustentara sobre el lecho de dolor; mullira toda su cama en su enfermedad
Salmo 41.1-3
Fondo hecho por Perla MinisterioMujeresenVictoria
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