Venga a Él ¿Cuál es el deseo de su corazón?
Sólo Dios conoce la profundidad del amor que le tenemos. Del rey David, Él dijo: "[Es un] varón conforme a mi corazón" (Hch 13.22). Pero sabemos que David fue un guerrero. Mintió, hizo asesinar a un hombre y, por lo menos en una ocasión cometió adulterio. ¿Cómo pudo Dios amar a un hombre así? Pero, más aun: ¿Cómo pudo Dios permitir que este hombre gobernara la nación de Israel? La respuesta se resume con una sola palaba: gracia, no una gracia común y corriente, sino la gracia de Dios, la que no podemos ganar por méritos personales.
A pesar de sus fracasos, David le tuvo un amor apasionado a Dios. No podía evitar amar a Aquél que le había dado la vida y ofrecido el perdón por su pecado. Aunque fallaba muchas veces, el deseo de su corazón era amar y obedecer a Dios. Fue este amor lo que llevó al rey David a la grandeza, y lo que le permitía acudir a su Padre celestial cuando no lo merecía en absoluto.
Si queremos tener comunión con Dios, como la tuvo David, tenemos primero que llegar a reconocer nuestra completa impotencia delante del Señor. A David le resultaba imposible ser "bueno" sin la misericordia y el amor del Señor. Lo mismo vale para nosotros. No podemos vivir la vida cristiana al margen de la gracia de Dios.
La Semana Santa es el tiempo en que nos enfrentrmos cara a cara con la realidad de la cruz, donde quedó demostrado el amor apasionado de Dios por la humanidad. Fue en ella que Jesús murió por nuestros pecados, borrando así, al hacerlo, toda nuestra culpa y vergüenza.
Jesús dijo: "Al que a mi viene, no le echo fuera" (Jn 6.37). El amor y la pasión de Dios han sido puestos en Jesús por toda la eternidad. No importa quien sea usted o lo que haya sido, Su amor llega hasta usted. Si le acepta como su Salvador, reconociendo que su muerte expiatoria pagó por completo su deuda de pecado, será salvo. El amor apasionado de Dios llenará sucorazón, y usted recibirá el mayor regalo de esperanza que este mundo ha conocido.
Dr. Charles F. Stanley
¿Ha aceptado a Jesús? Hoy es tu día!! Haz esta oración: "Señor, reconozco que soy un (a) pecador (a). Creo que tu Hijo Jesucristo murió en la Cruz por mis pecados, Para salvarme. Me arrepiento de todos mis pecados y de mi vana manera de vivir y te pido que me hagas una nueva criatura. Hoy decido por voluntad propia, entregarte toda mi vida y te acepto como mi Salvador y Señor de mi vida. Amén
Dios te bendiga y sea propicio a ti,
Fondo by Taty © 2010
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