Amado Padre celestial, en el nombre de Tu Hijo Jesucristo venimos con corazones agradecidos y humildes a postrarnos ante ti, para darte alabanza y adoración, reconocemos que solamente Tú eres digno de toda la gloria y toda la honra, que no hay otro dios como Tu, ni otro dios que se asemeje a Ti, que Tú eres el creador del cielo y de la tierra, y de todo cuanto existe, Tú el Gran Yo Soy, Soberano de todo el universo y por tus obras Tu Espíritu demuestra tu ilimitado poder, el gobierno de lo creado está en tus manos, Tu benevolencia de crear cosas buenas revelan tu naturaleza santa, completa y perfecta, lo cual confirma tu derecho de regir la creación, reconocemos que toda autoridad, reino y poder fluyen de ti. Es por eso que hoy venimos a ponerte ante Tu trono de Gracia a Japón y a todos sus habitantes, porque solamente Tú que eres el Todopoderoso, el Dios de amor y de misericordia venimos a Ti, a clamarte misericordia, piedad por esta nación por cada uno de sus habitantes, te rogamos en el nombre de Tu Hijo Jesucristo que sea Tu Santo Espíritu moviéndose sobre el Japón como viento suave como un silbo apacible, quitando toda impuresa del aire que sopla en esa tierra del Japón, que limpie que purifique todo lo que se mueve en ese lugar que el pueblo no tema, sana sus heridas Padre, consuelalos, perdonanos mi Dios todo nuestros pecados, porque te hemos fallado, hemos buscado consuelo en otros dioses, nos hemos considerado a veces autosuficientes, y nos hemos olvidado de Ti, perdónanos Padre amado, ten misericordia, mira cuánto dolor, cuánto sufrimiento, han perdido sus seres queridos, han perdido sus casas, Padre se que Tú sabes perfectamente todo lo que les acontece, el dolor que estén atravezando, consuélalos Padre, que ellos puedan sentir tu amor, tu paz, en medio de toda esta situación tan drámatica que están viviendo. Apelamos a Ti por que se preserve tu nombre, honor y perfecta justicia. Señor extiende tu manto sobre esta nación, muda corazones y pon corazones nuevos y un nuevo espíritu, pon el querer como el hacer en los habitantes del Japón, que sienta un ardiente deseo de buscar Tu rostro, de doblar rodillas ante ti y proclamar el Señorio de Jesucristo en sus vidas, que se aparten de todo aquello que puede apartarlos de ti, atraelos con tus cuerdas de amor. Señor dales discernimiento, que sin Ti no son nada y no pueden hacer nada que levanten sus rostros al cielo y te alaben en espiritu y verdad. Señor amado, también deseo pedirte perdón porque nosotros tus hijos te hemos fallado, el mal impera porquer hay ausencia de bien, no damos buen testimonio, descuidamos nuestra relación contigo, aún hay orgullo, soberbia, altivez de eswpíritu, aún el mundo atrae a algunos de tus hijos y no dejan su vana manera de vivir, no se apartan, no se entregan por completo, estan un pie en tu reino y un pie en el mundo, y por esa razón el mal está avanzado. perdonanos mi Dios por no ser diligentes sabios, hoy, venimos a declarar al norte, al sur, al este y al oeste, a los cuatro vientos que Japón sera una nación salva y estará en el libro de las naciones salvas para tu gloria y tu honra Padre, ten piedad de este pais. Te damos gracias mi Dios por tu amor hacia nosotros, te doy gracias por haber enviado a Tu amado Hijo a morir por amor a la humanidad, te doy gracias porque Tu eres un Dios bueno y hasta aqui has tenido cuidado de nosotros, ayudanos Padre a dar un buen testimonio y que seamos intercesores y nos pongamos en la brecha por nuestra nación que actuemos como un verdadero hija e hijo tuyo y que todo lo que hagamos sea por ti y para ti, que te exaltemos con nuestros pensamientos, palabras y obras, que podamos apartarnos a buscar tu rostro y nos olvidemos de nosotros y nos extendamos por todos aquellos que necesitan urgentemente tener un encuentro personal con Tu Hijo Jesucristo. Bendíce alma mia a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. En el nombre poderoso de Jesucristo de Nazareth, hemos orado. Amén
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
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