- SALMO 119:97-104
- ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
- Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos,
- porque siempre están conmigo
- Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus
- testimonios son mi meditación.
- De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra.
- No me aparté de tus juicios, porque
- Tú me enseñaste.
- ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
- Más que la miel a mi boca.
- De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto,
- he aborrecido todo camino de mentira.
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SALMO 119:9-11
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¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.
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Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos.
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En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra Tí.
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SALMO 119:18
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Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
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SALMO 119:41-45
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Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; tu salvación, conforme a tu dicho.
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Y daré por respuesta a mi avergonzador, que en tu palabra he confiado.
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No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero.
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Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente.
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Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos.
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SALMO 119:105
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Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
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SALMO 119:129-130
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Maravillosos son tus testimonios; por tanto, los ha guardado mi alma.
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La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.
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SALMO 119:160
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La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia.
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SALMO 119:162-165
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Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.
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La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo.
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Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.
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Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.