¿Pues qué si alguno de ellos han sido incrédulos?
¿La incredulidad de ellos habrá hecho vana la verdad de Dios?
Romanos 3.3
Creo que puedo descubrir que todas las penas de mi vida, por pequeñas que hayan
sido, han sido debido a mi incredulidad. Que otra cosa podría yo ser, sino una
persona feliz, si siempre creyese que todo el pasado está perdonado, y todo el
presente equipado con poder y todo el futuro es claro y prometedor a causa de
los mismos hechos existentes, los cuales no cambian con mis caprichos, ni tiemblan
porque yo vacile y titubee de las promesas, por medio de mi incredulidad, sino que
permanecen firmes y claros con sus picos de perlas adheridos al aire de la Eternidad,
y los cimientos de sus colinas arraigados profundamente en la Roca de Dios.
Aunque un trepador se maree en las alturas de Mont Blanc, no por eso, este monte
va a convertirse en un fantasma o en una neblina.
James Smethan.
¿Tiene algo de particular que no recibamos algunas promesas de Dios, cuando
vacilamos acerca de ellas con nuestra incredulidad? No es que la fe merezca
una respuesta, o que la gane por sus obras, sino que Dios ha puesto el creer,
como una condición para recibir, y el Dador tiene autoridad soberana para
establecer las condiciones que han de cumplirse para conceder Sus dones.
Rev. Samuel Hart
La incrdulidad se pregunta: ¿Cómo puede ser tal y tal cosa? Está llena de
"comos". Pero la fe tiene una gran resp;uesta, para todos los "comos", y la
respuesta es: DIOS.
—C. H. M.
Ningún hombre o mujer que ora, puede hacer tanto con tan poco gasto de tiempo
como cuando él o ella están orando. Se ha dicho, que si apareciese un hombre—
y estas palabras están de acuerdo con el pensamiento de nuestro Señor Jesucristo
expresado en Su enseñanza sobre la oración— que si apareciese UNO QUE
CREYESE ENTERAMENTE, la historia del mundo podría cambiarse.
¿Quiéres ser tú ese UNO en la providencia y guía de Dios nuestro Padre?
—A.E. McAdam
La oración sin fe degenera en una rutina sin objetivo o en hipocresía. La oración
que se hace con fe recibe el poder necesario para apoyar nuestras peticiones. Es
mejor que no ores hasta que todo tu ser responda a la eficacia de tu súplica.
Cuando la verdadera oración se ha terminado, entonces, la tierra y el cielo, el
pasado y el futuro, dicen Amén. Cristo hizo esta clase de oración.
—P. C. M.
"No hay nada que esté fuera del alcance de la oración, excepto aquello que no
está en conformidad con la voluntad de Dios".