Cómo utilizar la Biblia para acercarnos más a Dios
por Charles F. Stanley
Vivimos en una era digital impulsada por nuevos mecanismos electrónicos. La tecnología cambia tan rápidamente que mantenerse al día con los últimos acontecimientos puede ser abrumador. Antes de que hayamos aprendido cómo funciona una cosa, otra toma su lugar. En realidad, aprender cómo utilizar todos los equipos técnicos más recientes puede hacernos sentir intimidados y confundidos.
Así es como muchas personas —incluso cristianos— se sienten en cuanto a la Biblia. Tienen una, pero no saben cómo utilizarla o interpretarla, dónde comenzar a leerla, o qué efecto tendrá sobre sus problemas, si es que tiene alguno. El resultado es que estas personas simplemente no se molestan en leer las Sagradas Escrituras. Les parece que no vale la pena.
La verdad es que el valor de algo depende de la manera como usted y yo lo utilicemos, y muchas personas simplemente no se dan cuenta del tesoro innegable que Dios nos ha dado en su Palabra. Considere esto: Si yo le diera una caja vieja de zapatos, se preguntaría: ¿Qué voy a hacer con esto? Pero si hubiera en ésta cincuenta mil dólares, apreciaría mucho la caja y utilizaría hasta el último dólar.
De igual forma, no hay nada que tengamos que sea de más valor que la Biblia. Las personas que desatienden las Sagradas Escrituras sufren como resultado; enfrentan las angustias de la vida sin darse cuenta de la riqueza que tienen al alcance de la mano. Pero quienes abrazan la Palabra de Dios descubren beneficios que el dinero jamás podría comprar
Cómo usar bien la Biblia
¿Hay algo que le está impidiendo recibir la bendición de la Palabra de Dios? Algunas personas me dicen que no leen la Biblia porque es demasiado difícil de entender. Por eso, quiero darle algunas ideas sencillas y prácticas que le ayudarán a utilizarla y a entender lo que dice.
Leer. El primer paso es abrir la Biblia y comenzar a leerla todos los días, aunque sea en pequeñas porciones (Pr 8.33-35). Le sugiero que lo primero que haga al despertarse sea meditar en la Palabra de Dios. Aunque esto no siempre es posible; debe escoger un momento en el que puede concentrar toda su atención en la lectura, sin interrupciones. La Biblia no es solo para las emergencias. Es verdad, podemos encontrar ayuda en tiempos de dificultad, pero Dios quiere revelarse a nosotros cada día. Además de la oración y la adoración, la lectura de la Palabra es una de las principales maneras de llegar a conocerle. Quienes leen la Biblia solo en tiempos de crisis, pierden el gozo de relacionarse con el Padre celestial y cultivar una comunión constante con Él.
Comience con uno de los Evangelios, como Juan, o una epístola, como Filipenses. Si lee solo un capítulo cada día, en una semana o en un mes habrá cubierto todo un libro. Puede tratar de leer un capítulo de Proverbios cada día durante un mes, o los Salmos, si está pasando por un momento difícil. Al abrir su corazón a Dios, su Espíritu Santo le guiará en las lecturas que haga. Lo único que se necesita es que usted comience.
La lectura de la Biblia debe ser un asunto de calidad, no de cantidad. En otras palabras, debe interesarse más por la manera como la Sagrada Escritura está transformando su vida, que en el número de páginas que haya leído. Al escudriñar la Biblia, ¿está usted guardando la verdad del Señor en su corazón, o simplemente cumpliendo con la tarea de leer? El objetivo es la transformación del carácter y una relación cada vez más estrecha con el Salvador. Si no está experimentando una mayor semejanza a Cristo y teniendo más intimidad con Dios, necesita ir más despacio y prestar mayor atención. A veces, leer menos le permitirá, en realidad, que la Palabra de Dios empape su alma.
En Su amor y mi amor.
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas..