Ezequías era un rey temeroso de Dios, que llevó a cabo una reforma entre los israelitas. Pero, su hijo Manasés fue un gobernante impío. Aunque había visto a su padre andar con Dios y vivir conforme a las Sagradas Escrituras, decidió ignorar al Señor.
Manasés adoró dioses falsos, incluso al punto de sacrificar a sus hijos en el fuego para exaltar a Moloc. Practicó muchas vilezas, entre ellas la brujería y la hechicería, y desvió a Israel provocando así la ira de Dios. El rey, junto con el pueblo, pagó un alto precio por su rebelión.
Esta historia enseña que el Señor no toleró el desprecio de una nación. Pensemos ahora en nuestro país. Nosotros, también, somos una nación que ha dejado a Dios de lado, dado la espalda al único Dios verdadero, y abrazado ídolos. Quizás no sean estatuas de iedra, pero adoramos el dinero, la destreza en los deportes, la fama y el estatus social, por nombrar solo algunos.
Estados Unidos de América fue fundado sobre principios bíblicos para garantizar la libertad de adoración. Pero con el tiempo, hemos sacado al Señor de muchos aspectos de la vida pública. La oración en las escuelas, por ejemplo, fue considerada inconstitucional. La que una vez fue una "nación bajo Dios" se ha convertido en un país que tolera un número cada vez mayor de pecados, y que desprecia la verdad absoluta.
Si un país le vuelve la espalda a Dios, su juicio será inevitable, a menos que se arrepienta y lo haga su Señor otra vez. Como cristianos, nuestra responsabilidad es orar para que Dios acerque de nuevo el corazón de nuestra nación a él, y para que el evangelio se extienda por toda nuestra tierra.
Dr. Charles F. Stanley
Como decimocuarto gobernante de Judá, el hijo de Ezequías, Manasés, puede considerarse el más perverso de sus reyes. Revivió el culto de los ídolos y profanó los utensilios sagrados del tempo. Sacrificó a su hijo Moloc (2 R 21.6) y fue agogero (es decir, practicaba la predicción del futuro). Llegó incluso a colocar un ídolo de Asera en el templo (v.7). Siendo un monarca tan malvado, resultó un infortunio que el reinado de Manasés se prolongará 55 años, más que el de todos los otros reyes de Judá.
La santidad entre la gente de Dios honra al Señor. La ausencia de santidad le deshonra. La santidad posee dos dimensiones igualmente importantes. somos separados del mundo y reservados pra Dios. De la misma manera que el Señor no puede ser glorificado por aquellos que no le pertenecen por entero, tampoco puede serlo por quienes pertenecen al mundo. Por lo tanto, debemos vivir en el mundo, pero no como si perteneciéramos al mundo. debemos cuidar que una concepción equivocada sobre las normas de conducta social nos permitan comprender la verdadera naturaleza del pecado y nos donduzca a caer en los brazos del mundo. ¡No practiques el aborto! ¡Rechaza y apártate del ocultismo!
Manténte bajo la sombra del Omnipotente, alimentate de Su Palabra y busca diariamente la llenura de Su Espíritu y serás guardado del mal tu pie no se resbalará, permaneciendo así en Sus sendas de santidad.
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
..